Crisis económica
La deuda pública española roza su máximo histórico
Por Javier Álvarez Lago3 min
Economía17-05-2017
Tras cerrar el curso de 2016 situada en el equivalente al 99,4% del PIB, la deuda pública española ha comenzado este 2017 in crescendo. En el pasado mes de marzo, según datos del Ministerio de Economía, alcanzó el 100,33% del PIB, cifra, por su parte, cercana al máximo histórico nacional : el 100,4% obtenido en diciembre de 2014. En total, en los tres primeros meses de 2017, la deuda pública aumentó en 32.523 millones de euros.
En los tres primeros meses de 2017, la deuda pública aumentó en 32.523 millones de euros. Esta situación, como es habitual, ha provocado una llamada de atención al Gobierno de Mariano Rajoy por parte de Europa. Instituciones como el FMI y la UE han vuelto a reiterar a España (y a países que, como él, muestran una deuda tan elevada) su compromiso por hacer disminuir la cuantía de la deuda, llamando al Gobierno constantemente a la adopción de medidas para su corrección, así como para cumplir con los objetivos de disminución del déficit público, ambas cuestiones obligadas a raíz del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) adoptado por los miembros de la UE.
En 1999, cuando Europa dio un paso más en su integración al crear una unión monetaria basada en el uso de una moneda común, los estados miembros pactaron transvasar a la UE gran parte de su capacidad en lo que a política monetaria se refiere. Los países que se pasaron al euro dejaron de poder "crear" dinero, así como vieron limitada su capacidad de emitir deuda pública (mediante la venta de bonos y títulos que, pese a su baja rentabilidad, apenas poseen riesgo para los inversores) comprometíendose a no superar unos topes establecidos desde la UE. Esta obligación fue incorporada a la Constitución española (artículo
135) mediante la aprobación del llamado "pacto por la estabilidad presupuestaria" en 2011.
Por lo tanto, los estados miembros se comprometieron, entre otras cuestiones (el déficit público permitido se situó en el 3%, si bien la Comisión Europea permite en ocasiones superarlo), a cumplir con el objetivo de que la deuda pública no rebasase el tope del 60% medida como porcentaje del PIB. Sin embargo, países como España no cumplen ni de lejos con el objetivo, de ahí los constantes llamamientos de la UE al Gobierno del país instándole a mejorar estas cifras. Asimismo, Europa posee la capacidad de imponer medidas correctivas si ve que no se cumplen sus objetivos.
Y es que si bien parece haberse frenado, al menos en gran parte, la tendencia alcista que muestra la serie histórica de la deuda pública española (el frenético incremento producido a partir de la crisis económica de 2008), no hay síntomas de que esta descienda, al menos en el corto y medio plazo, hasta cumplir con los objetivos europeos. En
2017 comienza subiendo, volviendo a situarse por encima del 100%, por encima por el billón (europeo) de euros. Cabe destacar que, según la AIREF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), España alcanzará la meta en 2037.
Si bien la deuda pública es un instrumento que puede utilizarse por las instituciones para financiar el crecimiento económico de un país, un incremento excesivo de esta hace peligrar la solvencia del país y, finalmente, acaba afectando al propio crecimiento. Las dos principales medidas que poseen los estados miembros para disminuir la deuda, un problema monetario, pertenecen a la política fiscal. Y son medidas tan impopulares como la subida de los impuestos o la disminución del gasto público.