LUCHA POLICIAL CONTRA ETA
Detenido un histórico de ETA y registrada una empresa supuesta tapadera de la banda
Por La Semana2 min
España19-10-2002
Ramón Etxeberria Garitazelaia, Okotz, fue detenido esta semana en Anglet, una localidad vascofrancesas. Su detención está relacionada con el descubrimiento de un zulo el pasado mes de julio, conocido como zulo Chernobil, donde se halló el alijo de armas más grande descubierto en Francia: 300 armas de fuego, 300 granadas de carga hueca y 500 kilogramos de explosivos.
Etxeberria había nacido en Zaldivar (Vizcaya), y vivió en Francia hasta que huyó a Nicaragua a finales de los ochenta. Fue acusado por la Audiencia Nacional, y procesado después, por haber organizado el comando Andalucía. Después de Nicaragua, estuvo en Cuba y Venezuela, hasta que regresó a la frontera de Francia con España, autorizado por las autoridades vecinas. Orta detención efectuada esta semana ha sido la de Harkaitz Melchor Hoces, en Irún. Cumplió cárcel durante un año, acusado de integrar un grupo de violencia callejera. Ahora está acusado de formar parte de un grupo de información llamado Pendejo, a las supuestas órdenes de un incipiente comando Donosti que habría sido desbaratado con las detenciones ejecutadas en Guipúzcoa durante las últimas semanas. Más complejo es el asunto de la empresa Olabe Distribución, sita en Hendaya (francia) y registrada por la policía francesa por se una supuesta tapadera de ETA, según el ministro del Interior, Ángel Acebes, “para dar cobertura económica y dotar de infraestructura laboral a los miembros activos de la organización y a los que han regresado a Francia”. Fueron detenidas siete personas, entre ellas, el director general de la empresa, José Antonio Zurutuza Sarasola, ex miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Está acusado de participar en varios asesinatos entre 1980 y 1985 -dos directivos de empresa, un policía, un guardia civil y un marinero-, de participar en el secuestro de Francisco Limousin y de cobrar el rescate de la puesta en libertad del empresario Jesús Guibert. Sin embargo, el juez francés al que fue entregado, lo dejó en libertad por ser ciudadano francés y porque, supuestamente –aunque el Ministerio de Interior no comparte la tesis- los delitos de que se le acusa han prescrito. Pero, un día después del registro, la empresa francesa volvió a su actividad normal. Según Interior, la documentación obtenida en el registro deberá ser minuciosamente estudiada, y se insiste en que la empresa es una pantalla de ETA, aunque siga su actividad normal debido a que la operación la ejecutó un juez francés y la policía económica francesa, que no suelen toma medidas cautelares. La propia policía sospecha que blanqueaba dinero obtenido de la extorsión y del impuesto revolucionario.