PUENTE INTERCULTURAL
La Biblioteca de Alejandría reabre sus puertas
Por Roberto González García2 min
Cultura15-10-2002
En la apertura, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, afirmó que “la nueva Biblioteca debe ser, como lo fue la antigua, una mezcla de todas las civilizaciones”, haciendo de esta manera un llamamiento a la paz entre los pueblos, idea que reiteraron todos los ponentes que intervinieron en la inauguración.
Entre los intelectuales que participaron, estaba el experto en arte español Lluis Monreal, junto con otros intelectuales: Jack Attali (Francia), Swa Minathan (India), Margaret Catley Carlson (Estados Unidos) y Wole Soyinka (Nigeria). A la ceremonia de inauguración, y como símbolo de la universalidad de la Biblioteca, asistieron como invitados numerosos Jefes de Gobierno o personalidades, en representación de España acudió la Reina, quien vivió unos años de su infancia en Alejandría. Miriam Sagarribai, de la Asociación Española de Amigos de la Biblioteca de Alejandría, mostró sus esperanzas en la nueva institución, que, en su opinión, significa "el resurgimiento de la idea de que por medio de la cultura, del saber y del conocimiento se puede llevar a una unión entre los pueblos y ensanchar este maravilloso mar Mediterráneo. Es una apuesta por la paz a través de la cultura con el deseo de que esta paz perdure y habite entre nosotros". La Biblioteca tiene la intención de llegar a tener ocho millones de libros, aunque ha abierto sus puertas con menos de un millón, la mayoría de ellos manuscritos, y posee la sala de lectura más grande del mundo, con capacidad para dos mil personas. Tiene once plantas, cuatro de ellas subterráneas y está rodeada por un muro de granito de Asuán y con inscripciones de todos los alfabetos del mundo. El nuevo centro cuenta con centro de conferencias, planetario, bibliotecas para niños, jóvenes e invidentes, museo de ciencia, museo de caligrafía y laboratorio de restauración de manuscritos. Repite la estructura de su predecesora, y los volúmenes se agrupan en secciones dedicadas a la astronomía, la medicina, el arte, la historia, la filosofía, la botánica, la geografía y las matemáticas, aunque también se han incorporado las disciplinas modernas que no existían en la antigua Biblioteca, como física cuántica, alta tecnología, electrónica, informática, ciencias económicas y el mundo de los negocios, en soportes que van desde la fibra óptica al microfilme. Pero no todo es modernidad en el edificio: la Biblioteca está llena de obras de arte clásicas, entre las que destaca una estatua colosal de Ptolomeo, a la que le faltan las manos y los pies, que fue recuperada en 1995 frente a las costas de Alejandría, muy cerca de donde se alzaba el mítico Faro de la ciudad. Según el director de la Biblioteca, Ismael Serageldin, "nuestra esperanza es que la nueva Biblioteca sea una digna sucesora de la antigua y un centro de diálogo entre los pueblos y las civilizaciones".