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REUNIÓN AZNAR-PUJOL

Discordia ante el modelo de vertebración de España

Por Cristóbal CabezasTiempo de lectura2 min
España11-10-2002

Jordi Pujol aseguró que "es verdad que hace algo más de un mes dije que la inversión del Estado en Cataluña era la más alta de los últimos años. Lo sigo manteniendo, pero también ha sido muy importante el esfuerzo inversor que han realizado la Generalitat y los municipios".

Añadió que, pese a ello existe, "una creciente inquietud" en la sociedad civil catalana "por lo que se ha venido en denominar la vertebración de España, no sólo política, sino económica". Y uno de los temas más importantes de esa vertebración son las inversiones en infraestructuras, como aeropuertos, puertos, tren de alta velocidad y red de carreteras. Pujol afirmó que "Madrid lleva una delantera muy importante a otras grandes capitales, entre ellas Barcelona". Sin entrar en más detalles, Pujol instó a Aznar a "dar respuesta a esa inquietud". Para Aznar, sin embargo, no hay motivo: "Mi compromiso es que Cataluña tenga una posición central en el conjunto del Estado y estoy convencido de que no es periferia", remarcó. Es más, el jefe del Ejecutivo hizo un exhaustivo repaso de las actuales inversiones del Estado en Cataluña, que obedecen, según dijo, a la política de su Gobierno de "reforzar el arco mediterráneo". Aznar dijo que el breve encuentro con Pujol fue "enormemente grato" y también quitó trascendencia a la resolución aprobada en el Parlamento catalán instando a iniciar la reforma del Estatuto en la próxima legislatura. El Partido Popular (PP) considera que el dictamen tiene poco valor al dejarse para la próxima legislatura. Aznar subrayó su "respeto" a Convergència i Unió (CiU), lo cual "no significa que haya acuerdo en todo". El entorno del presidente Anzar achaca la actitud reivindicativa de CiU a la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas, lo que limita enormemente el diálogo, el entendimiento y la consecución de acuerdos. La distancia que separa a CiU del PP se ha constatado en la visita de Aznar a Barcelona, de la misma manera que sucedió en la visita anterior del presidente del Gobierno a la Comunidad catalana, el pasado mes de marzo, aunque las muestras de cordialidad gestual han sido más evidentes en esta ocasión.