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CERVANTES

Cervantes: una vida llena de infortunios con un final feliz

Por Jesús EspinosaTiempo de lectura2 min
Cultura23-04-2016

Miguel Cervantes, ese ilustre y mundialmente famoso escritor, nació un 29 de septiembre en Madrid en el año 1547 y murió el 22 de abril de 1616. Original de Alcalá de Henares, fue soldado, novelista, poeta y dramaturgo español. Es una de las figuras más reconocidas de la historia de España y su obra Don Quijote de la Mancha es la tercera más traducida después de la Biblia y el Corán.

Fue el cuarto de siete hijos del matrimonio de Rodrigo de Cervantes Saavedra y Leonor de Cortinas. La familia de su padre era próspera, puesto que su abuelo era un juez de la Santa Inquisición que había sido graduado en leyes en Salamanca. Sin embargo, éste abandonó a la familia y comenzó así una etapa difícil para Cervantes cuando era todavía un niño.

El destino de Miguel se torció totalmente cuando a su padre le encerraron siete meses en la cárcel por impagos en el año 1552. Después se asentaron en Córdoba y Cervantes ingresó en el colegio de los jesuitas: era un lector muy precoz. Aunque la situación familiar seguía siendo precaria.

En el año 1569, Cervantes fue condenado en Madrid a arresto y a la amputación de la mano derecha por herir a Antonio de Segura. La pena era corriente y se aplicaba a quien se atrevía a hacer uso de armas próximas a una residencia real. No se sabe a ciencia cierta si huyó de la pena, pero lo cierto es que años más tarde se encontraría en Italia para alistarse como soldado de la compañía de Diego de Urbina.

Cervantes participó después en una guerra en Trípoli, donde España había perdido 42 barcos y 8.000 hombres. Una batalla que España venció y que marcó sobremanera a Cervantes. El escritor relataría después esa batalla en la primera parte del Quijote. Pero en el transcurso de la misma el escritor recibió tres heridas y una de ellas le dejó inutilizada para siempre la mano izquierda. Esto le valió el apelativo de “el manco de Lepanto”.

Después cayó preso durante un viaje cuando su barco naufragó a la altura de Marsella a causa de un temporal. En ese momento, un albanés llamado Anaute Mamí, le hizo su esclavo al considerarle una persona con recursos y de cierta importancia. Se libró de castigos como trabajos forzados por su mano lisiada. Cervantes contrató en 1578 a un mensajero que le llevó un mensaje al Gobierno español para que le liberara. Pero el mensajero fue interceptado y Cervantes castigado a 2.000 azotes. 

Cuando consiguió escapar, volvió a Madrid para casarse a los 37 años con Catalina de Salazar y Palacios. Tenía solo 18 años y justo antes el escritor había terminado otra obra importante: “La Galatea”, una novela pastoril por las que ganó 1.336 reales. Esto animó a Cervantes a escribir comedias, y de hecho sus otras obras “La Comedia de la confusión y Tratado de Constantinopla y muerte de Selim” tuvieron relativo éxito. Sería ya en 1605 cuando Cervantes empezó a escribir “El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha”. Años más tarde, a principios de 1616, estaba terminando una novela de aventuras “Los trabajos de Persiles y Sigismunda” con una salud muy delicada y acabó muriendo el 22 de abril de ese mismo año.