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Literatura

¿Fue Jane Eyre la mujer que siempre quiso ser Charlotte Brontë?

Por Sandra SánchezTiempo de lectura4 min
Cultura20-04-2016

Pobreza, hambre, tuberculosis y sufrimiento poblaban la Inglaterra Industrial del XIX. La mortalidad infantil era del 41% y la esperanza de vida apenas superaba los veinticinco años. Un época donde la mujer, atada al ámbito doméstico, solo podía sobrevivir amparada en un matrimonio, o ejerciendo como maestra o institutriz. En este contexto nació hace 200 años Charlotte Brontë, una de las autoras más reconocidas de la literatura inglesa, cuyo trabajo reflejó su deseo por la libertad e independencia de la mujer.

Su vida no fue nada fácil. Un cáncer de estómago puso fin a la vida de su madre dejando a seis hijos a cargo únicamente de su padre, Patrick Bronte, un enigmático y autoritario párroco irlandés. Un hombre que desatendió la educación de sus hijas centrándose en su único hijo varón, Branwell, pero que fomentó la pasión por la literatura entre ellas, aunque como mero entretenimiento; para una mujer ser escritora reconocida le quedaba muy lejos.

Las hijas fueron enviadas en 1824 a Cowan Bridge, un internado en el que conocieron el hambre, el maltrato, la intransigencia y la muerte. La mayor de las hermanas, Mary, falleció. A las cinco semanas Elizabeth no pudo con la tuberculosis y también murió. Charlotte quedó como la mayor de los hermanos.

Su padre decidió sacar al resto de hijas, Charlotte, Emily y Anne, del internado para educarlas él mismo en Haworth. Sin ningún tipo de censura les estimuló a leer y a escribir. 

Con tan solo 12 años Charlotte escribió junto a sus hermanos  el primer extracto de historia sobre un reino imaginario, El Mundo de Angria. Un set de soldaditos de madera cambió la vida de los cuatro hermanos, que crearon alrededor de las figuritas varias historias que escribían en papeles de apenas 11 centímetros de largo.

Charlotte conoció a su amor y gran desengaño tras viajar a Bélgica para aprender francés en 1842 junto a su hermana Emily. Constantin Heger, un profesor belga casado, sería el culpable del desamor de la escritora que regresaría a casa un año después con el corazón hecho añicos.

Las hermanas escribieron durante varios: Anne firmará Agnes Grey, Emily dará forma a Cumbres Borrascosas y Charlotte dará vida a su popular Jane Eyre. En 1846 auto-publicaron un libro de poemas conjunto, bajo los seudónimos masculinos de Currer, Ellis y Acton Bell. (Nombres que empiezan por la misma letra que los suyos).

Tres años y tres hermanos fallecidos. Intentó despistar el dolor centrándose en su trabajo. Este esfuerzo dio el fruto de sus últimas novelas Shirley y Villette. Empezó a viajar a Londres con frecuencia y se relacionaba con editores y artistas. Parece que su vida empezaba a recobrar algo de felicidad y el amor le sonreía esta vez por parte de Arthur Bell Nichols, un conocido de su padre con el que se casó a los 39 años. Pero su buena suerte se vio truncada otra vez y, estando embarazada, falleció de tuberculosis a los 41 años. Dejó una novela sin terminar titulada Emma.

Su polémica obra

Con Jane Eyre en 1847, Charlotte obtuvo un éxito inmediato y suscitó un gran escándalo. La protagonista era un tanto peculiar para ser de esa época. ¿Una mujer que se atrevía a elegir, a decidir y a expresar lo que quería? ¿Una mujer que desafiase las normas sociales establecidas y quisiera ser independiente? Por favor, que estupidez.  

Sin duda, su experiencia y propias vivencias se veían reflejadas en el libro. Se basó en las prácticas crueles de la institución para retratar Lowood, el colegio en que la huérfana Jane Eyre pasa su infancia. Posiblemente la situación de Brontë fue menos dramática por el apoyo de sus hermanas, pero la brutalidad con que las maestras trataban a las niñas parece ser que se correspondía con la realidad.

La autora se corresponde con el pensamiento que muestra Jane al dejar lo antes posible de depender de la caridad, pues ella rechazó tres propuestas de matrimonio porque sabía que sus pretendientes no la veían como a una igual, sino que buscaban una esposa. Ambas luchan contra el sentido de inferioridad que otros quieren inculcarle.

Al relacionarlo con algunas viviencias, generó gran polémica al dedicárselo a un novelista inglés, William Makepeace Thackeray.  El revuelo se dio porque el  Tackeray estaba casado con una mujer con un grave trastorno. Era una historia tan parecida a la del señor Rochester que se comenzó a extender el rumor de que Charlotte había sido la institutriz de los niños del trágico matrimonio y era la amante del escritor. Brontë avergonzada pidió disculpas por la macabra coincidencia.

Esta novela, en primera persona, deja ver los complejos de Jane por su físico. No le gusta hablar de ella y las pocas veces que lo hace es para considerarse poca cosa. Su visión de las damas que van a las fiestas de Thornfield es la de una niña fascinada y un poco envidiosa por la belleza de las demás. Charlotte Brontë tampoco se consideraba bella y su vestimenta era austera y anticuada. Huía de los adornos y cultivaba su interior más que el exterior.

El argumento tuvo tal repercusión que pasó desapercibido para el cine y la televisión.  Le han dedicado muchas horas de metraje en innumerables adaptaciones,desde la primera década del siglo XX hasta la más reciente en 2011. 

Charlotte y sus hermanas, atrapadas en una sociedad y época, quisieron traspasar los tópicos de la mujer en su obra dando vida a mujeres libres, rebeldes e independientes.