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MASTERS CUP

El Rey sigue siendo Djokovic

Por M. Elena Martínez QuesadaTiempo de lectura2 min
Deportes23-11-2015

El Rey sigue siendo el Rey. Y su reinado se sabe que será longevo. Conquistados 11 títulos, de entre ellos 6 Masters, Novak Djokovic se vuelve a colocar la corona de Maestro en una Masters Cup que le fue como anillo al dedo. Un torneo que desde hace cuatro temporadas consecutivas lleva su nombre. Y sus rivales lo saben. Primero fue Rafa Nadal; después, aún a regañadientes, Roger Federer. El suizo no encontró la misma suerte que en el debut y con un 6-3, 6-4 asumió que Djokovic ganara a placer.

En el curso de la Historia, en innumerables ocasiones, hay sucesos que parecen estar marcados. Que suceden porque han de ser así irremediablemente. No hay oposición que se resista a su devenir. Nole debía alzarse con su undécima corona del año (palmarés mejorado a los 10 títulos que obtuvo en 2010), con un torneo que le declara como el gran tenista del momento. Invencible. Ni la reaparición de Nadal ni la maestría histórica de Federer pudieron con el serbio. El número uno los apartó de un plumazo en apenas una hora y pocos minutos. Lo suficiente para asimilar que sí, que es el número uno. Que puede tener momentos de relajación o despiste, como le sucedió en el debut, pero que sabe muy bien a lo que juega y lo que quiere. Ninguna final se le resiste. Esa es la gran diferencia.

 Desde hace tiempo la vida del tenis sigue igual. Si había algún adversario que podía acabar con el legado de Djokovic, ese era Federer. Pero al suizo le pudo el respeto y le sobró pudor. Nole sabía cómo enfocar su estrategia, y lo consiguió. Moviéndose intempestivamente de un lado a otro de la pista para devolver todos los ataques del suizo, le fue fácil conseguir una primera opción de break. Tres errores no forzados de Federer fueron los culpables, y aunque supo salvar la situación momentánea, vio cómo poco a poco Djokovic se hacía con el primer juego del encuentro tras firmar dos aces consecutivos. El segundo fue un tira y afloja en el que los dos mostraron su mejor versión, pero en el que Djokovic fue cruel. Con el 4-4, esperó su oportunidad y en una doble falta acabó el encuentro.

 Con este gran título y después de una temporada brillante, Djokovic se reafirma en el trono. Su fuerza física y mental pudieron con todos sus rivales, y con un último gran Federer. Un rival que siempre mostrará su mejor versión ante un Nole avasallador, y que buscará por todos los medios volver a ser lo efectivo que era. Lástima que el serbio esté de dulce y dicte a placer. Pero una cosa está clara: si en los próximos torneos se espera este gran nivel, larga vida al Rey.