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TERRORISMO

La radicalización de EI obliga a repensar la estrategia antiterrorista

Por Jesús EspinosaTiempo de lectura3 min
Internacional22-11-2015

Occidente ha abierto los ojos con respecto al Estado Islámico. El radicalismo islámico ha estado presente en Europa durante muchos años, pero ahora que se acerca occidente se echa las manos a la cabeza y cambia su actitud. El ejemplo más claro es el pacto antiyihadista firmado por Francia, Estados Unidos y Rusia después de los atentados de París y el avión ruso siniestrado.

La Unión Europea aprobó una estrategia de seguridad llamada EES que reconocía como un objetivo primordial a abatir el “terrorismo”en 2003, cuando comenzaba la guerra de Iraq. Sin embargo, no se emplearon medidas contundentes contra el mismo porque no se percibía la amenaza en el grado en la que se ve ahora, por cercanía.

Fue tras los atentados de Madrid en 2004 y Londres en 2005, cuando la UE reaccionó y aprobó la Estrategia de la Unión Europea contra el terrorismo que todavía sigue vigente. Era una estrategia dividida en cuatro grandes puntos: prevenir, proteger, perseguir y responder.

Sin embargo, se establecieron medidas a la largo plazo para poder contrarrestar el terrorismo yihadista que no se basaron en una actuación sobre el terreno sino en el desarrollo de diálogos interculturales dentro y fuera de la UE a través de programas de asistencias o desarrollo de posturas comunes para erradicar el problema.

El siguiente gran cambio de postura de la Unión con respecto al terrorismo se vio en 2007. Se aprobó en Lisboa un documento llamado Tratado de Lisboa, que abría la puerta a eventuales mejoras en las capacidades y posibilidades de actuación contra el yihadismo en el exterior. Estas novedades eran, entre otras, la posibilidad de que la UE firmara acuerdos contra el terrorismo con terceros países, la creación de un Servicio Europeo de Acción Exterior o la posibilidad de que la UE pudiera llevar a cabo ataques con misiles para apoyar a terceros países en esa misma lucha.

Por último, antes de los últimos pactos con Estados Unidos y Francia, la UE creó un cuerpo llamado Battlegroup, que se trataba de grupos de combate enmarcados dentro de la Política Europea de Seguridad que se formó en el año 2007.

Estos pasos que dio la Unión Europea es posible que se vean incrementados durante estos días por la creciente amenaza que está suponiendo el ISIS. Muchos países de la Unión están en alerta máxima o muy alta por ataque terrorista inminente, lo que ha provocado la preocupación de los mandatarios internacionales.

Estado Islámico es un grupo más radical que Al Qaeda y Occidente no está acostumbrado a luchar contra un alto número de terroristas que amenazan con actuar en en distintos países. Se trata de la mayor amenaza que ha sufrido Occidente y que obliga a cambiar las reglas del juego en materia antiterrorista. 

"Tratar de controlar a miles de terroristas es enorme, los servicios de espionaje no pueden enfrentarse a eso. Europa no ha tomado conciencia de este problema, no se han ampliado los servicios de espionaje, mientras que el número de terroristas se ha multiplicado por diez. En los años noventa, con Al Qaeda, el perfil era totalmente diferente. Ahora las amenazas son diez veces peores porque el califato lo cambia todo, ya que dispone de toda la eficacia de un Estado para entrenar, armar, financiar... Las autoridades han tardado mucho en darse cuenta del nivel de esa mutación", afirma a El País, Farhad Khosrokhavar, investigador en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.

Por este motivo, los ministros de Interior de la Unión Europea se reunieron el viernes en Bruselas para examinar las medidas a adoptar en materia de seguridad y lucha antiterrorista tras los nuevos ataques. En ésta se aprobó una "revisión selectiva" de Schengen, se reforzarán las fronteras y se hará un Registro de Nombres de Pasajeros.