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MASTERS ATP

Federer destrona al gran Djokovic

Por M. Elena Martínez QuesadaTiempo de lectura2 min
Deportes18-11-2015

Un "período de entreguerras” comienza en la era Djokovic. Se acabó la paz para el “Rey”. Una racha de victorias que lo habían alzado al mundo de los dioses donde, quizás, no se esperaba el peligro. Una amenaza intempestiva pero ciclónica: Roger Federer. El maestro, ducho en sorprender al destino, comenzó el Torneo de Maestros con decisión. Con un "Golpe de Estado" que puso en evidencia el mandado de Nole al vencer en tan sólo 77 minutos. 7-6 y 6-2 fueron sus armas y su recompensa, las semifinales.

Fin a una era de 23 triunfos consecutivos. Fin a un Torneo de Maestros para un Novak Djokovic asediado por quien, como dejó claro también en Cincinnati, fue el mejor. Gran lección y gran tenis para combatir a un líder con una racha de victorias consecutivas desde que se topó con su última derrota el pasado 23 de agosto.  En ella también estuvo implicado Federer y su hermoso tenis. En el O2 Arena de Londres volvió a aparecer. Esa magia suiza capaz de acabar con el más grande y de enamorar a todo combatiente y a su pueblo. El público, en Londres, lo volvió a mostrar: “Primero fue el tenis, después fue Federer”. Retractó en una de sus pancartas la imagen viva de la leyenda del reino. 

Y los maestros, en torneos que llevan su nombre, siempre se crecen. Quién se iba a imaginar que el gran Roger Federer lo iba a dar todo por perdido ante las riquezas y el poder de Nole. Nadie. Al menos, no su pueblo. Esa sabiduría popular que coreaba su nombre y que, quizás, le proporcionó esa fuerza para combatir a otro grande. Una lástima que en el primer encuentro del Torneo de Maestros uno de los dos favoritos tenía que “morir”. Así son los enfrentamientos. Tan sólo uno gana. Y en esta ocasión, Federer fue mejor. Mucho mejor. El suizo resolvió su contienda ante el número uno como sólo el sabe: mermando la paciencia de su rival. Por primera vez en muchos meses, se vio reflejado en el rostro de Djokovic signos de cansancio e impotencia. Esa frustración de querer y no poder que sólo provoca el suizo. Y no pudo.

La batalla fue rápida y casi sin agonía. 77 minutos del más puro tenis gobernado por Federer, que ya se lleva el primer set en los primeros 46 minutos al segundo set point y con servicio de Nole. Ya en la primera manga abrumaba al serbio por 13-8 en los tiros ganadores y superioridad en los servicios. Nunca perdió la calma. Tan sólo se le vio una gota de sudor en el segundo set cuando, a la desesperada, Djokovic recuperó el break y forzó el 2-2. Pero nada más. Esa gota le sirvió para dar con la clave y desarticular a un oponente que se resistía, pero para el que ya estaba marcado su destino. Federer sellaba su pase a semifinales. Acabó, así, con un maestro que acumula otra batalla perdida en su legado. Otra sublevación a favor de Roger Federer.