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GRECIA

Grecia sigue sumida en un corralito y control de capitales indefinido

Por Jesús Espinosa Tiempo de lectura2 min
Internacional12-07-2015

Grecia está viviendo un auténtico calvario. La situación económica del país sigue siendo límite y los ciudadanos griegos aún sufren el corralito impuesto por el Gobierno de Tsipras. En un primer momento, éste solo iba a durar hasta el referéndum; pero por ahora continúa y ya ha adelantado el Ejecutivo que el control de capitales podría durar hasta meses. Por su parte, Grecia necesitaría alrededor de 50.000 millones de euros de los acreedores europeos, según estima el Fondo Monetario Internacional.

Grecia está sumida desde hace meses en unas negociaciones interminables con la Unión Europea por falta de liquidez. El Gobierno de Syriza era reacio a llevar a cabo más recortes y austeridad, como le pide la UE, pero se ha dado cuenta de que el único camino para conseguir liquidez es el impuesto por Europa. La última propuesta de Tsipras cede bastante en cuanto a las exigencias europeas, y el primer ministro heleno se compromete a acometer importantes reformas que pasan por privatizar y recortar para recibir el dinero.

Estas negociaciones no habrían sido tan larga si Grecia no necesitara como el comer un tercer rescate. En concreto, según calcula el FMI, Grecia necesitaría 50.000 millones de euros en octubre de 2015 y hasta finales de 2018, año en el que la cantidad de dinero que requeriría el país heleno ascendería a 356.000 millones de euros. La institución internacional justifica estos cálculos por motivos como el incumplimiento de los objetivos fiscales, el poco crecimiento del país o el lento ritmo de las privatizaciones.

Los bancos griegos están cerrados y sin liquidez. Días antes del referéndum del domingo 5, el Gobierno griego impuso un control de capitales en el país. Lo que se denomina corralito. Esta intervención de la economía iba encaminada a evitar una fuga masiva de capitales del país debido a la inestabilidad que sufre el Estado por el enfrentamiento con la extinta Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Consejo Europeo). Además, la actividad bursátil del país también está paralizada.

Grecia tiene por delante un cuadro que da miedo mirar. Necesita urgentemente liquidez porque durante los próximos meses le vencen importantes pagos. Por ejemplo, el 20 de agosto le vence un pago de 3.188 millones de euros al Banco Central Europeo, el 11 y 18 de septiembre otros dos de 1.600 millones por los bonos del tesoro.

Dicho corralito, según argumentó Tsipras, acabaría dos días después de la celebración del referéndum, pero ha pasado más de una semana del mismo y todavía los ciudadanos griegos no pueden sacar más de 60 euros del cajero. Los pagos con tarjeta de crédito han aumentado un 130% en todo el país desde el cierre de los bancos porque es la única forma de no tener que ir al banco todos los días.

El país heleno ya ha recibido dos rescates de las instituciones europeas. Por ejemplo, el 2 de mayo de 2010, respondieron a la crisis del país con un pago a modo de ayuda de 110.000 millones de euros. Este dinero iba encaminado a evitar el impago de la deuda y cubrir necesidades financieras. Un año más tarde, la situación empeoró y Grecia recibió otro rescate de 130.000 millones de euros. Además, en este última, iba incluido un paquete de recapitalización de los bancos por valor de 48.000 millones de euros.