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ANIVERSARIO 11-S

Nueva York, el Ave Fénix del siglo XXI

Por Eva Pozueco TurabiánTiempo de lectura1 min
Internacional08-09-2002

El patriotismo roza límites insospechados. La bandera americana está presente en cada esquina, en cada escaparate, en cada camiseta y se ha convertido en el bastón de apoyo de los habitantes de la metrópoli más tolerante del mundo por disposición y necesidad.

La mentalidad de la ciudad herida de muerte, un año después de la tragedia del 11-S, ha cambiado completamente. Los neoyorquinos ya no se sienten rodeados de unos muros invisibles e impenetrables, sino que se han dado cuenta de que Nueva York también es destructible y vulnerable. Entre los ciudadanos ha crecido la ansiedad y el consumo de somníferos y tabaco; aún el miedo da sus últimos coletazos. La Estatua de la Libertad vigila en silencio a sus compatriotas pero no puede apartar sus ojos vacíos del lugar donde, un año atrás, se alzaban imponentes las Torres Gemelas. Tampoco los neoyorquinos pueden evitar la necesidad de ir a visitar la zona cero porque no acaban todavía de creerse que ya nada volverá a ser como antes. No solo cayó aquel día el símbolo del poder americano, sino que arrastró consigo millares de víctimas y desaparecidos que fueron engullidos por toneladas de cristal y hormigón. La normalidad ha vuelto a mudarse a la ciudad y la vida anterior se recupera paulatinamente. Nueva York tiene que demostrar que puede “renacer de sus cenizas” a pesar de que las Torres Gemelas no puedan alzar nunca más el vuelo. La zona cero recibe ahora más visitas turísticas que el legendario Empire State porque de la tragedia también se hace negocio; cada vez son más los puestos que venden recuerdos y souvenirs del 11-S. El lugar que ocupaban los colosos neoyorquinos hace un año, ya está libre de escombros y dispuesto para acoger un nuevo edificio. A pesar de la muchas propuestas ciudadanas, aún no hay ningún proyecto definitivo porque, cada vez que una nueva idea toma forma, se desecha por el rechazo popular.