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CRISIS EN UPyD

La promesa contra el bipartidismo y la intención de renovación

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
España09-04-2015

Ocho años han bastado para que UPyD se haya tenido que enfrentar a todo tipo de crisis. Su líder, Rosa Díez, maneja con puño de hierro la actual batalla por las listas definitivas que irán en las elecciones municipales y autonómicas. Sin embargo, se abren nuevos frentes para la formación magenta. Desde la dimisión de algunos de sus líderes hasta las delegaciones territoriales díscolas, que no siguen las pautas del partido. Un caos que Díez no sabe cómo parar.

Unión, Progreso y Democracia fue el precedente de la nueva oleada de nuevos partidos que inundarán las listas electorales este año. Nació en un clima de bipartidismo entre el PP y el PSOE, con un discurso laico, progresista y crítico con el nacionalismo. La tensión se empezaba a palpar pero ni la crisis económica ni los grandes casos de corrupción habían estallado aún. Corría el año 2007 cuando una esperanzada Rosa Díez fundó el partido que ahora se conoce bajo las siglas de UPyD, junto con Mikel Buesa, Carlos Martínez Gorriarán y Fernando Savater.

Rosa Díez se presentó como cabeza de partido en las elecciones nacionales de 2008 y, aunque ganó un diputado, el cambio se empezaba a notar. En los siguientes comicios de 2011 obtuvo cinco diputados, lo que le permitió quedar como cuarta fuerza política en función de número de votos.

La formación magenta defiende un modelo descentralizado de corte federal del país en el que el Estado tenga amplias competencias. Desde el partido explican que sus siglas significan “Unión” porque sus miembros se amparan en la unidad de España, “Progreso” en relación a su progresismo –que respeta la libertad individual- y “Democracia” porque su estandarte en la democracia. Además, UPyD está a favor del contrato indefinido de cara a la precariedad laboral –la Ley de Segunda Oportunidad de 2012 fue una propuesta suya-. Apoya el matrimonio entre personas homosexuales y defiende que sean los ciudadanos los que tomen la decisión de apoyar o no la tauromaquia –en especial las corridas de toros-.

Se trata de un partido que aboga por una reforma de la Constitución, además de por la regeneración de las instituciones democráticas. Además, UPyD fue uno de los pioneros en comunicarse a través de las redes sociales y permitir a los ciudadanos afiliarse a través de una plataforma, una ventaja que le catapultó a estar en contacto.

Uno de los estandartes de los que presumen es que actualmente no tiene ningún imputado en sus listas, lo que les ha proporcionado mayor confianza entre los ciudadanos. Sin embargo, no lo han sabido aprovechar y han sido inmersos en una intensa batalla liderada por su portavoz, Rosa Díez. Precisamente, muchos critican el exceso de protagonismo de Díez, que maneja a su antojo y a ciegas la formación sin tener en cuenta los intereses territoriales.

Para UPyD la crisis que está viviendo durante estas últimas semanas no es la primera. Uno de los problemas con los que ha querido lidiar la formación es su posible alianza con Ciudadanos. Desde su creación, se ha barajado la posibilidad de unirse al partido de Albert Rivera. Una parte del grupo ha mostrado su respaldo a unirse a Ciudadanos, aunque Rosa Díez negó que eso fuera a suceder en el segundo congreso de UPyD en 2013. Sin embargo, UPyD y Ciudadanos coinciden en la mayoría de su programa, aunque traten de negarlo.

Hace unos meses, el partido sufrió un gran altibajo que se saldó con la destitución del portavoz en el Parlamento Europeo, Francisco Sosa Wagner, tras intercambiar un cruce de reproches con Gorriarán e Irene Lozano. Más tarde, Sosa Wagner pidió oficialmente la baja como militante de UPyD. También uno de los fundadores, Mikel Buesa, abandonó la formación por discrepancias con la dirección nacional del partido.