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Proyecto "Encontrar a Cervantes"

España quiere honrar a Cervantes al estilo Shakespeare

Por Rocío LinaresTiempo de lectura2 min
Cultura17-03-2015

Son ilustres. Iconos de cultura, de idioma: el inglés es la lengua de Shakespeare y el español, la de Cervantes. Ambos escritores, coetáneos, uno británico y otro español, crearon en el siglo XVI dos referentes literarios, Hamlet y el Quijote, admirados hasta hoy. Mucho se ha especulado sobre las similitudes de ambos y más diferencias se han encontrado. Para empezar, el culto que el Bardo recibe en su país y lo poco que se acuerdan en España del nombre del padre del Quijote. Y esto es lo que se quiere cambiar.

“De la misma forma que en Inglaterra la tumba de Shakespeare es un lugar de peregrinaje cultural para los ingleses y un hito, el saber que los restos de Cervantes estaban en el convento de las Trinitarias y tenerlos identificados va a dar nueva vida al Barrio de las Letras”, ha dicho el ministro de Cultura José Ignacio Wert. Y la vida que dan los muertos ilustres se puede comprobar con ese ejemplo en la pequeña localidad británica de Stratford Upon Avon, en el sur de Birmingham, lugar en el que se data el nacimiento de William Shakespeare. Este año superarán según sus cálculos los 750 millones de euros en ingresos directos que dejarán los turistas.

No obstante, este fervor no está exento de dudas, pues la vida del escritor más universal de la lengua inglesa está llena de misterios, hasta el punto en que muchos historiadores han asegurado que nunca existió, que sólo fue un pseudónimo. Pero no importa, la casa en la que nació, el teatro en el que se representaban sus obras o la iglesia en que fue bautizado o enterrado se han convertido en un lugar de culto y peregrinación. Por otra parte, Cervantes ya es venerado en su casa, en Alcalá de Henares, que recibe más de 160.000 visitantes al año, y cerca de las Trinitarias, donde se han encontrado lo que “se pueden considerar” partes de sus restos óseos, se encuentra el Museo Casa Natal del escritor. 

Sepultado por su propia obra

Pero España y en concreto Madrid conserva una importante deuda con Cervantes, el genio de la literatura reconocido por infinidad de autores en la historia, cuya figura es recordad a a menudo pero poco venerada. Dígase también poco rentabilizada. Aún hay huecos por rellenar sobre su biografía, marcada e inmortalizada por la gloria de su obra, reducida a menudo a “El Quijote”, que sepultó hasta su propio nombre. De Miguel de Cervantes Saavedra se sabe que fue soldado, poeta y novelista, aquí una de las grandes diferencias con el genio británico, pues era dramaturgo, y tragedia y comedia presentan manifiestas diferencias. 

El complutense perdió la movilidad de su brazo derecho en el campo de batalla, por lo que se le conoce como el manco de Lepanto, y después estuvo cinco años preso en Argel. Tras su liberación quiso formar parte de la corte de Felipe II, conquistar un puesto de funcionario, pero sólo llegó a ser cobrador de impuestos. Su imaginación superó su realidad, azarosa y desdichada, según los escritos. De mente aventurera y osado, un héroe en sí mismo para muchos que murió pobre. “El Quijote” fue entonces un best seller pero pocos maravedíes entraron a su bolsillo. Se quedó para siempre entre las páginas de su obra maestra, que transformó la literatura para siempre. Un conjunto de historias que han hecho reír durante cuatro siglos y que fueron firmadas por los huesos que desde ahora se podrán venerar.