Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CINE

El cine español, a recuperar lo perdido

Por Eduardo IglesiasTiempo de lectura3 min
Espectáculos01-09-2002

Los productores españoles miran a sus arcas como si las brutales tormentas de verano hubiesen pasado por ellas y no hubiesen dejado rastro. El resultado es básicamente el mismo, sólo que su causa está en la escasa afluencia de público a las salas de cine donde su proyectan títulos nacionales -a pesar de que España es uno de los países europeos con mayor afluencia al cine, según SGAE-. Pocas han sido las películas que, como El otro lado de la cama, pueden presumir de su éxito.

La película de Emilio Martínez Lázaro ha recaudado más de seis millones de euros, con la fortuna de haber superado la cifra de 1.200.000 espectadores. Una comedia de enredos, aunque esta vez aderezada por música y coreografías, se ha convertido en la reina del verano en España, tendencia muy frecuente en las salas de cine. Seis actores jóvenes han conquistado al público español, aunque nada que ver con los éxitos míticos del 2001, Los Otros y Torrente 2: misión en Marbella, que juntas rondaron los 50 millones de euros. El panorama para el resto no ha sido nada alentador. Desde la multitud de películas sin estrenar -algo que ocurre año tras año-, al batacazo de grandes directores, como El embrujo de Shangai de Trueba, y esperados éxitos, como Vivancos 3, todo han sido pérdidas. Los productores intentan olvidar una primera mitad del año que limitará mucho los futuros rodajes. El final de agosto ha traído uno de los títulos que aspira a escapar de esa nada. La caja 507, de Enrique Urbizu, recurre a dos grandes y famosos actores, Antonio Resines y José Coronado, y al género policiaco para atrapar a los espectadores robados por los poderosos productos de la industria de Hollywood. De momento ha arrancado con un puesto muy discreto, aunque entre las mejores recaudaciones, a la espera de beneficiarse del boca-oreja. Lo que le queda al 2002 por delante es una mezcla a partes iguales de incógnitas y esperanzas. Uno de los directores con más nombre, Imanol Uribe, estrena El viaje de Carol, una sencilla historia infantil ambientada en la Guerra Civil española. El mismo fin de semana el mexicano Arturo Ripstein lanza su La virgen de la lujuria, con parte de su capital y de su reparto de procedencia española. Unos días después se estrenará Lisistrata, comedia de lucha de sexos sobre griegos protagonizada por Maribel Verdú y Juan Luis Galiardo, y poco más tarde, Volverás, con Tristán Ulloa y Únax Ugalde. Los estrenos más importantes esperan, quizá atemorizados por la mala fortuna de otros colegas. La 99 por ciento española Pasos de baile, de John Malkovich, llegará muy pronto, al igual que 800 balas, de Álex de la Iglesia. La productora de la primera, Lola Films, intenta olvidar el batacazo de El embrujo de Shangai, para lo que también cuenta con el nombre de su director como aval para su distribución internacional. Por su parte, el vasco De la Iglesia sueña -ojalá tenga suerte- con repetir el éxito de La Comunidad, un auténtico taquillazo. Los meses venideros y el 2003 traerán algunos títulos ya anunciados. Don Quijote, de Manuel Gutiérrez Aragón, espera el momento propicio para el lanzamiento de un muy arriesgado proyecto. Después llegará un plato fuerte con Los lunes al sol, de Fernando León de Aranoa, que estrena después del parón que siguió a su exitosa Barrio. Además de su propia destreza, León cuenta con Javier Bardem como punta de lanza de una nueva muestra de su compromiso, esta vez con los trabajadores de los astilleros de Vigo. También aguarda José Luis Garci, quizá uno de los directores españoles con un público más fiel, que soporta los envites de la taquilla contra viento y marea.