GRECIA
La incertidumbre financiera helena se agrava bajo las condiciones del Eurogrupo
Por Jesús Espinosa 5 min
Internacional20-02-2015
Todo comenzó cuando la troika, hace ya dos años, decidió reestructurar la deuda griega; aquello provocó la segunda recesión en Europa por el contagio financiero en cuanto a las primas de riesgo y fuga de capitales. Los países receptores como Alemania han podido evitar la recesión, pero sus resultados han sido decepcionantes, y, sin embargo, aun no crece al ritmo esperado.
Sin embargo, tan solo dos años después, la deuda griega parece estar lejos de recuperarse: ya está por encima del nivel previo a la quita. Es decir, que dicha reestructuración, a la vista está, ha servido de poco. Hay una cosa que está clara, un país necesita crece para poder tirar para adelante, y los agentes económicos europeos olvidaron ese detalle: Grecia necesita crecer para estabilizar su deuda pública. Esta ya superaba el 180% del PIB en 2014. Con deflación, Grecia tendría que crecer más que China el próximo lustro para conseguir que deje de crecer.
Todo parece una cadena: el camino forzado por la troika de deflación de rentas, porque hay que recordar que hubo un 25% de caída de renta disponible nominal, ha hundido el consumo y, por consiguiente, la inversión de las empresas. Además, la subida de impuestos, también llamada ajuste fiscal, ha frenado en seco la inversión pública. Por tanto, el desplome de la inversión también impide que crezca la productividad y aleja aún más al país de la senda de estabilidad.
Más datos para conocer la situación griega, a pesar de la bajada de salarios, las exportaciones griegas siguen un 12% por debajo de niveles de 2007 y han tenido el peor comportamiento de la eurozona.
Los bancos griegos pidieron liquidez al BCE de forma urgente
Por si fuera poco, la estampida de los depósitos de ciudadanos griegos que han acudido a las sucursales a retirar su dinero por la incertidumbre política que vive el país, ha obligado a tres de los cuatro principales bancos de Grecia a recurrir a los fondos de emergencia proporcionados por el Banco de Grecia.
El endurecimiento de las condiciones de liquidez antes de las elecciones generales del pasado 25 de enero provocó que el Banco de Grecia solicitara al Banco Central Europeo (BCE) que aprobase una línea de liquidez de emergencia a la que pudiesen acceder los grandes bancos del país como por ejemplo National, Piraeus, Alpha y Eurobank.
El BCE aprobó la línea de emergencia por tan solo dos semanas. El Bundesbank se ha mostrado crítico con el uso que Grecia hace de estos fondos al creer que podrían servir para que el Gobierno absorba deuda a corto plazo que de otro modo sería demasiado costosa.
Además, los bancos habrían obtenido unos 2.000 millones de euros del Banco de Grecia desde que esta línea de emergencia (ELA) fue aprobada el pasado 21 de enero, aunque declinaron identificar a las entidades que han hecho uso de esta financiación.
Bajo esta línea de liquidez de emergencia, los bancos centrales nacionales pueden prestar a los bancos comerciales si el BCE lo autoriza. Aunque se trata de una responsabilidad de cada banco central nacional, el resto de socios del BCE puede vetar su uso si una mayoría del Consejo del BCE así lo considera.
Por último, el país heleno tiene un importante riesgo de impago a acreedores, por no tener liquidez, que por otro lado son principalmente europeos. Sin embargo, el gobierno de Syriza pretende elevar el gasto público por lo que la principal cuestión en estos momentos es de dónde sacará el dinero.