GRECIA
Merkel cree que la UE soportaría la salida de Grecia del euro
Por Jesús Espinosa
3 min
Internacional25-01-2015
La canciller alemana, Angela Merkel, considera que la Unión Europea está en condiciones de “soportar” la salida temporal de Grecia de la zona euro porque no hay riesgo de contagio, por lo que no impedirá que esto suceda, tal y como afirmó a principios de enero. Esta postura está relacionada con el desafío que plantea para la Unión Europea el partido de izquierdas Syriza, vencedor en las elecciones. Sin embargo, Merkel en su reunión con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, descartó que Grecia vaya a ser expulsada de la UE.
El Gobierno conservador germano entiende que la amenaza de ‘contagio’ de la crisis griega a otros países de la zona euro se ha reducido casi al “cero” debido a varias razones: la creciente recuperación de las economías de otros países problemáticos tales como Irlanda o Portugal, el establecimiento de un fondo de rescate en la eurozona y la futura Unión Bancaria para brindar seguridad al sector crediticio, según la información publicada en un artículo por Der Spiegel, que ha tenido mucha repercusión en Alemania. Al mismo tiempo, según fuentes comunitarias, Alemania puede dejar caer a Grecia para poner freno a los movimientos populistas que se están produciendo en el resto de los países europeos como el partido español Podemos en España.
Por lo tanto, la UE también tiene puesto el ojo en Grecia y, sobre todo, en Syriza.. Desde Bruselas se ha contradicho a Merkel y se ha anticipado que la entrada en el euro es “irrevocable”, pero aún no se ha dicho la última palabra hasta que el partido liderado por Alexis Tsipras no dé los primeros pasos para esa quita de la deuda.
Tsipras, por su parte, desmembró, en un discurso, los cuatro pilares fundamentales del programa de su partido, Syriza. Tras las medidas de urgencia para socorrer a las víctimas de la crisis, el segundo punto es la recuperación económica, “con especial atención a las pymes” y con “un programa de inversiones a nivel europeo”, y el tercero, la creación de empleo en tres fases. El cuarto y último punto es el relativo al programa de reformas del Estado y la administración, “para terminar con un Estado clientelista” y con la corrupción, entre otras lacras. Para ello, Tsipras ofreció transparencia en la gestión de su gobierno, “incluso en la política económica”.
Situación de Grecia
Por primera vez en seis años, los datos macroeconómicos indican que el PIB griego ha salido de la recesión, al encadenar tres trimestres en positivo. Sin embargo, el crecimiento es aún muy tenue –un 0,7%, al cierre del tercer trimestre– y nada garantiza que el país no vuelva a caer en el coma o que tarde varias décadas en recuperar el terreno perdido. Seis años de descensos continuados de su producto interior bruto (PIB), han provocado una contracción desde 2008 de cerca de un 30%. Las consecuencias en la economía real han sido devastadoras: altas cotas de desempleo (25,8%), destrucción de empresas, desplome de los ingresos públicos, desigualdad y pobreza. El Ejecutivo presidido por Antonis Samaras ha logrado restablecer las cuentas y presentar un excedente primario, pero el grado de endeudamiento (el 176% de su PIB) sigue siendo insostenible para la mayoría de analistas.
El año pasado cerró con un déficit nominal de en torno al 1,5%, muy por debajo del límite del 3% establecido por el Pacto de Estabilidad. Grecia logró además un superávit primario (es decir, descontando el pago de la deuda), pero parece dudoso que pueda mantener el ritmo de ajuste seguido hasta ahora, que ha sido el más exigente de toda la zona euro. El plan de rescate exige mantener el ajuste para garantizar una reducción de la deuda de casi 50 puntos porcentuales en los próximo siete años, un escenario que la mayoría de los analistas consideran irrealizable.
El plan diseñado por la troika se basa en tasas de crecimiento anuales del 3,5% hasta 2019 y un superávit primario anual del 4,5% hasta 2022. “Muy pocos países desarrollados han logrado esas cifras en los últimos años”, señala Royal Bank of Scotland (RBS). E identifica sólo dos, Canadá y Noruega, cuyas condiciones para lograrlo no parecen comparables a las de Grecia.