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WorldCom anuncia su bancarrota

Por Elena Villegas2 min

Comunicación28-07-2002

El gigante de telecomunicaciones estadounidense ha solicitado la quiebra ante un tribunal de Nueva York. La causa de la crisis son los fraudes contables llevados a cabo con el objetivo de que la empresa no perdiera valor en bolsa.

El fraude contable ha provocado, una vez más, la quiebra de otra empresa en Estados Unidos. En esta ocasión, se trata de una compañía de telecomunicaciones, WorldCom, la segunda más relevante en el tráfico de llamadas internacionales y que, en lo referente a Internet, abarca el 50 por ciento de los usuarios en su país. WorldCom ha entregado la solicitud de quiebra ante un tribunal federal de Nueva York por unas deudas que ascienden a 41.000 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros), mientras que sus activos llegan a los 107.000 millones de dólares (cerca de 106.000 millones en euros). El capítulo 11 de la ley de Quiebras de Estados Unidos, al que se ha acogido WorldCom, permite a una empresa continuar con su actividad normal hasta que lleva a cabo su reestructuración. Es lo que va a hacer el gigante de telecomunicaciones, que intentará recuperar su estabilidad económica con la venta de sus negocios no estratégicos, si bien hay que tener en cuenta que la transacción sólo se podrá efectuar si la aprueba la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones). La causa de la quiebra es el fraude contable, cuya finalidad es evitar que la firma pierda valor en bolsa. La manipulación en su cuenta de resultados se ha traducido en una suspensión de pagos que afecta a los accionistas y a los 17.000 empleados despedidos de los 80.000 que formaban la plantilla. Sin embargo, el presidente de WorldCom, John Sidgmore, se presenta optimista, ya que asegura que, en el primer trimestre del 2003, levantará la suspensión de pagos. Está convencido, además, de que su compañía podrá adquirir una posición fuerte en la industria si sale de la quiebra sin el peso de las deudas. Los expertos estiman que la bancarrota de WorldCom no ha conseguido que el resto de empresas que operan en Internet dejen de ser fiables. John Sidgmore también tranquiliza añadiendo que “no afectará a las operaciones internacionales del grupo”.