Latinoamérica
México sufre momentos difíciles tras hallar los 43 cadáveres
Por David Sánchez Torrico
2 min
Internacional10-11-2014
El horrible suceso ocurrido en Iguala, Guerrero, con el asesinato de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, ha provocado una gran indignación en la sociedad, una reacción totalmente justificada. El Estado mexicano de Guerrero es muy rico en playas y recursos naturales, además del primer productor de oro. Sin embargo, sufre un profundo nivel de marginación, con un 70% de sus habitantes sumidos en la pobreza, y su tasa de homicidios es cuatro veces superior a la media nacional, lo que la convierte en la más alta del país.
A los antiguos problemas de pobreza y desigualdad sobre los que se reproduce la corrupción, se suman la presencia del crimen organizado y la violación de los derechos humanos por parte de diversos cuerpos de seguridad pública, a veces vinculados a grupos delictivos. Esto sucede después de que México impulsase con éxito en las últimas décadas dos importantes reformas. En primer lugar, la de su régimen político, que permitió en un dilatado proceso de transición democrática ir de la hegemonía de un único partido a un sistema plural de partidos. En segundo lugar, la de su modelo de desarrollo, que dejó atrás las divisas del estatismo para abrir la economía al mundo y a las reglas del mercado. La crisis que sacude México actualmente se basa en la violencia estatal, la complicidad de funcionarios con el crimen organizado, la amistad del presidente Enrique Peña Nieto con el antiguo gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y el apoyo de éste último al exalcalde de Iguala, que fue señalado como uno de los responsables de la masacre de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Existe una total indignación por la facilidad con la que José Luis Abarca, el exalcalde de Iguala, consiguió fugarse sin que Rivero tomase medidas preventivas, o que el gobierno federal no interviniese inmediatamente. En la manifestación del pasado 8 de octubre, en protesta por la masacre de los normalistas, se movilizaron más de 60.000 personas. Los mensajes emitidos en la televisión nacional del presidente no bastan para recomponer su imagen, y es que el descrédito internacional es, en estos momentos, total y absoluto. Esto ha provocado que Luis Vedegay, secretario de Hacienda, afirme que esta situación afectará muy probablemente a las inversiones extranjeras en México, en un contexto de muy débil crecimiento económico. Se trata de una crisis que toca también al PRD, el Partido de la Revolución Democrática, que desde la centro-izquierda sirvió como apoyo del régimen de la alternancia que surgió ante la recesión del Priato. Ante esta tragedia que ha sumido a México en una importante crisis, el presidente, Enrique Peña Nieto, sostiene que el caso de Ayotzinapa es un llamado a la unidad, a la reflexión, a la paz, a definir los mecanismos que permitan superar las debilidades de orden institucional. Según Peña Nieto, la expresión “los mexicanos decimos no a la violencia” no es del gobierno, sino que se trata del sentimiento genuino de la sociedad mexicana que se opone a la violencia y dice sí a la justicia, el orden y la tranquilidad. El presidente de México afirma que todos están dolidos por lo ocurrido en Iguala, ya que es un acto abominable y atroz que genera indignación y dolor. Para finalizar, Peña Nieto puntualiza que el gobierno acompaña a la sociedad mexicana en este sentimiento de duelo.