GIRO DE ITALIA
Los favoritos toman posiciones
Por Javier Trinidad2 min
Deportes27-05-2001
La alternancia entre las llegadas masivas y las fugas, el mal tiempo y el abandono de uno de los grandes favoritos, el italiano del Fassa Bortolo Francesco Casagrande, han marcado la primera semana de competición del Giro. La Maglia Rosa se la han repartido entre Rik Verbrugghe (Lotto) y Dario Frigo (Fassa Bortolo), aunque el portugués de ONCE José Azevedo se ha quedado a sólo dos segundos del italiano en la general.
Las primeras etapas, propicias para los llegadores, las aprovechó como nadie el italiano de Telekom Danilo Hondo, que consiguió dos victorias. En la primera hizo infructuoso el esfuerzo de Rafa Mateos (de ONCE) por mantener una exigua ventaja con que llegó al último kilómetro, y en la siguiente etapa, la tercera, Hondo aprovechó el excelente trabajo de Giovanni Lombardi para lanzarlo en la llegada. Telekom cumple así su papel en el Giro, a la espera de lo que pueda hacer Jan Ullrich. Después de un paréntesis montañoso en la cuarta etapa, en la que no se marcaron grandes diferencias pero aparecieron los favoritos como Danilo di Luca (de Cantina Tollo), que ganó, flanqueado por Simoni, Garzelli, Rebellin, Frigo, Gotti y un poco más atrás el Triqui Manolo Beltrán, Unai Osa (el mejor de iBanesto.com) y Abraham Olano, aparecieron las etapas más largas (de más de 200 kilómetros) que controlaron los equipos que aspiraban a la victoria en las volatas. Ahí se estableció otro gran duelo: el Rey León Cipollini (de Saeco) y el Guepardo Ivan Quaranta (del equipo Alexia), que le ganó la mano a Cipollini en la llegada de Nettuno: a SuperMario le falló su tren de lanzadores y el Quaranta aprovechó sus dudas. Pero el de Saeco se resarció al día siguiente, en Rieti, en una etapa que comenzó con susto por una moto que provocó la caída de cuarenta corredores en una bajada. Entre ellos tres del Kelme, que se quedó con sólo cuatro ciclistas para competir en lo que queda de carrera. Finalmente, Quaranta se quedó en un repecho y perdió sus opciones para la llegada. Il Bello lo aprovechó para acercarse al récord de victorias en el Giro. La séptima etapa fue una exhibición de control del Mapei en los últimos kilómetros, en el que participó incluso Stefano Garzelli, y que coronó con triunfo su compañero Zanini, por delante de Gabriele Missaglia y de Jan Ullrich. Con todo, el ciclismo del bueno se vio en la octava etapa, de montaña, donde Dario Frigo pasó por auténticos apuros para mantener el liderato. Su equipo, Fassa Bortolo, controló la carrera en la primera parte, pero luego desaparecieron por el cansancio Wladimir Belli y los demás gregarios; la carrera se animó y Dario Frigo tuvo que tirar de un grupo perseguidor en solitario para mantener por dos segundos escasos la maglia rosa. Ganó la etapa un fugado, Pietro Caucchioli (del Alessio), pero destacó un voluntarioso José Luis Arrieta, de iBanesto.com, aunque su esfuerzo no encontró premio.