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LITERATURA

Gabo y su realismo mágico

Por Natalia Méndez AparicioTiempo de lectura4 min
Cultura20-04-2014

"La primera condición del realismo mágico, como su nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece fantástico". Así era el estilo tan característico de Gabriel García Márquez. La magia real que ha invadido gran parte de sus obras es el legado que ha dejado a millones de lectores.

Uno de los libros en los que se ve reflejado este tipo de literatura es en Cien años de soledad, coronándose como su obra célebre. La primera edición fue publicada en Buenos Aires en el años 1967. Tras más de 50 años, se ha traducido a 35 idiomas y se han vendido más de 30 millones de ejemplares. Algunos indican que esta obra fue fruto de la infancia de García Márquez, ya que ciertos aspectos familiares y de su vida coinciden con los de la obra. Además, la idea de comenzar a escribir este libro surge durante un viaje que el autor realiza con su madre a Aracataca, el pueblo donde nació. Cien años de soledad cuenta la historia de la familia Buendía a través de siete generaciones que viven en Macondo, un pueblo ficticio. La obra presenta a los miembros de esta familia, que parecen estar destinados a vivir en soledad. Los habitantes esperan a que se produzca un cambio, es decir, que el pueblo se modernice. Sin embargo, ellos no hacen nada por ello, sino que dejan esa labor en manos de los gitanos, como Melquiades, quien mantuvo una relación de amistad con José Arcadio Buendía. Según él mismo (Melquiades) le contó a José Arcadio Buendía mientras lo ayudaba a montar el laboratorio, la muerte lo seguía a todas partes, husmeándole los pantalones, pero sin decidirse a darle el zarpazo final. Antes de escribir su novela más famosa, publicó otras, entre las que destacan La hojarasca y El coronel no tiene quien le escriba. El primer ejemplo es la base de algunos de sus trabajos posteriores. En ella aparece Macondo, el pueblo donde se desarrolla la trama de Cien años de soledad, además de narrar la historia de varias generaciones de una familia, donde predomina el tema de la muerte. Por primera vez he visto un cadáver. Es miércoles, pero siento como si fuera domingo porque no he ido a la escuela y me han puesto este vestido de pana verde que me aprieta en alguna parte. De la mano de mamá, siguiendo a mi abuelo que tantea con el bastón a cada paso para no tropezar con las cosas (no ve bien en la penumbra, y cojea) he pasado frente al espejo de la sala y me he visto de cuerpo entero, vestido de verde y con este blanco lazo almidonado que me aprieta a un lado del cuello. Me he visto en la redonda luna manchada y he pensado: Ése soy yo, como si hoy fuera domingo. Por su parte, El coronel no tiene quien le escriba trata sobre un veterano de guerra que espera durante 15 años recibir su pensión. Al igual que muchas de las novelas de García Márquez, la muerte es el tema inicial, debido a que el protagonista debe asistir a un funeral. Es muy conocida la escena final, donde el matrimonio discute a causa de su nivel económico. -Y mientras tanto ¿qué comemos? - preguntó, y agarró al coronel por el cuello de la franela. Lo sacudió con energía - Dime, ¿qué comemos? El coronel necesitó setenta y cinco años, los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder: -Mierda Otra de sus obras célebres fue Crónica de una muerte anunciada, publicada en 1981. Era la unión entre el estilo periodístico y el narrativo, aproximándose a lo que podría ser una novela policíaca. La historia se basa en un crimen real, que contó a su manera, pero sin modificar los datos para lograr una crónica periodística. El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros Cuatro años después, Gabriel García Márquez publicaba El amor en los tiempos de cólera. Esta obra muestra la vida de Florentino Ariza, Femina Daza y el doctor Juvenal Urbino. No se trata de una narración lineal, sino de una mirada al pasado de los personajes para que el lector los conozca. Ella empezó a hablar del esposo muerto, en tiempo presente, como si estuviera vivo, y Florentino Ariza supo en ese momento que también a ella le había llegado la hora de preguntarse con dignidad, con grandeza, con unos deseos incontenibles de vivir, qué hacer con el amor que se le había quedado sin dueño El trabajo de García Márquez se extiende hasta el 2010, año en el que se publica su último libro. Las obras que cierran su etapa final como escritor son Vivir para contarla, Memoria de mis putas tristes y Yo no vengo a decir un discurso.