NACIONES UNIDAS
Rajoy lucha por un asiento en la ONU para el bienio 2015-2016
Por Elena Palencia
3 min
España27-09-2013
Después de la tormenta, no ha llegado la calma: el Peñón sigue siendo uno de los principales intereses de España. Mariano Rajoy no dudó en recordar a los participantes en la Asamblea de la ONU de la madrugada de este jueves que Gibraltar se mantiene como la única colonia que queda en Europa y que, por parte del presidente del Gobierno y del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, no son pocos los intentos de llegar a un acuerdo con el Gobierno británico.
Recordó que a lo largo de este verano la situación se ha deteriorado más de lo habitual y definió a Gibraltar como un “anacronismo colonial que sigue causando inconvenientes a los ciudadanos” de la zona. Por lo tanto, insistió en que “España reitera una vez más su llamamiento al Reino Unido para retomar el diálogo bilateral y la cooperación regional”. Además, Rajoy colocó a España fuera de la recesión y afirmó que se encontraba ya en el camino hacia la recuperación. También afirmó en una entrevista en Bloomberg TV que se ha producido una bajada de la prima de riesgo, “un detalle que va a suponerle un ahorro a las arcas públicas de más de 5.000 millones de euros”. Un ahorro que permitirá al Gobierno cuadrar las duras cuentas referidas a la seguridad social, un ámbito en el que ha sido fuertemente criticado, tanto por la población como por otros muchos partidos. También aseguró que no habrá más recortes en lo que queda de año. Respecto al déficit público en 2012, redujo la cifra hasta el 6,8 por ciento, una décima más de lo que anunció en marzo el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, pero dos décimas menos de lo que certificó la Comisión Europea, un 6,98 por ciento. Así de optimista presentó el presidente del Gobierno a España ante los representantes de múltiples países del mundo entero. Su intención era demostrar que había cumplido sus compromisos financieros y que así seguiría siendo. Una intención que reafirmó en una entrevista concedida a uno de los grandes diarios americanos, The Wall Street Journal. Por último, Rajoy apoyó las misiones humanitarias de la ONU e hizo un breve repaso de todas en las que había participado España, sin olvidar que es el sexto país que más aporta a dicha organización, aunque la crisis económica de los últimos años no le haya permitido ayudar todo lo que le hubiera gustado. Sin embargo, con la nueva situación favorable en la que se encuentra España, prometió volverá “a apoyar estos esfuerzos con una inversión en cooperación al desarrollo generosa, inteligente y eficaz”. En el discurso no faltó alguna que otra referencia a las actuaciones y palabras de Zapatero ante los miembros de la ONU durante su mandato. Habló de multilateralismo, de la igualdad de género, de los derechos humanos y pintó a España como un país “abierto, liberal y tolerante”. El único detalle en el que el presidente del Gobierno se ha visto más criticado ha sido en sus palabras referidas a un posible futuro dentro de las Naciones Unidas: “con el mismo espíritu de diálogo y concertación que en la última ocasión”. Se ve una referencia al pasado de España en la ONU, cuando Aznar apoyó a Bush y Blair en la invasión de Iraq. De este modo, Rajoy se enfrentó a Nueva Zelanda y Turquía, sus dos enemigos en la lucha por un asiento en la ONU, e intentó ganarse el apoyo de dos tercios de los miembros del consejo, el mínimo que tiene que obtener para verse ganador.