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FÓRMULA 1

Ferrari conquista Mónaco

Por Daniel AyllónTiempo de lectura1 min
Deportes27-05-2001

Los pilotos de Ferrari no pudieron celebrar mejor su reciente renovación con la Scuderia, se ha visto reflejada en las calles de Mónaco que han visto cómo el Barón Rojo, escoltado por el brasileño, conseguía la quinta victoria de su carrera en Montecarlo, a tan sólo una de igualar el mítico récord de Ayrton Senna. Con este triunfo, el alemán suma 52 puntos y aumenta hasta 12 puntos su ventaja con respecto a David Coulthard, con 40.

El revés volvió a ser para los McLaren, que partían como favoritos y se vieron abocados al fracaso. El trabajo de Coulthard por salir primero en un circuito donde es prácticamente imposible adelantar se echó a perder en la vuelta de calentamiento, al fallarle el sistema automático de tracción, por lo que tuvo que partir desde boxes, último. Pero con una meritoria y muy trabajada carrera consiguió ser quinto y sumar un par de puntos vitales para el Mundial. Además, Hakkinen tuvo que abandonar por un problema mecánico, con lo que dice adiós a las pocas opciones de título que le quedaban y aleja a McLaren del liderato entre los constructores. Ferrari lo tiene en la mano: tiene 76 puntos y su rival 44. Jaguar celebró el tercer puesto del británico Irvine, que consiguió un excelente resultado para un bólido hasta ahora demasiado poco competitivo, como le ocurrió a Pedro de la Rosa, que se quedó sin acelerador por problemas hidráulicos. Cuarto fue Jacques Villeneuve (de BAR). El circuito urbano de Montecarlo es muy virado y lento, lo que favorece los problemas mecánicos y requiere un apoyo aerodinámico extra en los monoplazas. La curiosidad fue el alerón que estrenaron los Jordan y los Arrows en los entrenamientos, colocado encima del piloto. Sin embargo, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) los prohibió. La carrera en sí provocó una sangría de pilotos, ya que sólo diez consiguieron acabar la prueba. Equipos poderosos como Williams o Jordan, Sauber o Minardi se quedaron en cuadro. Montoya, Ralf Schumacher (con un enorme enfado), Jarno Trulli, Frentzen o Fisichella se inscribieron en la ilustre lista de abandonos. En la escudería italiana, Fernando Alonso pagó lo vetusto de su motor Ford; se mostró competitivo, pero el motor no aguantó la carrera. Sólo Arrows consiguió terminar la carrera con sus dos coches, aunque ninguno en los puntos.