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EGIPTO

Siete muertos entre partidarios y detractores de Mursi

Por Ana Pascual AsesTiempo de lectura3 min
Internacional02-07-2013

Las fuentes de seguridad han confirmado que en la plaza de Kit Kat, ubicada al oeste del río en la ciudad egipcia de El Cairo, una multitud de opositores ha sido atacada por seguidores del presidente egipcio, Mohamed Mursi, lo que ha derivado en una gran batalla en la que se han visto armas blancas, bastones y piedras. También se han producido disturbios similares en la avenida Faisal de la misma ciudad, donde varios comercios y vehículos han resultado dañados. La agencia estatal de noticias Mena ha subrayado que alrededor de 21 personas han resultado heridas por los choques entre islamistas y opositores en Alejandría, así como decenas de heridos en las localidades de Kafr al Duar y Kafr el Sheji, en el Delta del Nilo.

El presidente egipcio se acerca al final del ultimátum que el Ejército le ha dado tras tres días de protestas en la calle, si Mursi no cede e integra a otros partido en el Gobierno, las fuerzas armadas se han planteado disolver el Parlamento, que posee todo el poder legislativo después de la disolución de la Cámara Baja en junio del año pasado, nombrar a un Ejecutivo transicional, y derogar la Constitución, aprobada por referéndum en diciembre de 2012. Todo ello supone para Egipto regresar al punto de partido de dos años y medio después de la caía de Hosni Mubarak. Se trata de una transición, a la que lo islamistas se han opuesto, que llevaría a cabo la celebración de nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales. Los seguidores de los Hermanos Musulmanes y los aliados islamistas del presidente han salido en masa a las calles del país para apoyar la legitimidad de Mursi, después de que las Fuerzas Armadas del país dieran al presidente un ultimátum de 48 horas para que los grupos políticos acaben con la crisis. Los opositores han organizado marchas multitudinarias en la capital egipcia, así como en otras zonas del país para exigir la renuncia de Mursi y la convocatoria de unas elecciones anticipadas. La máxima autoridad religiosa musulmana del país, el jeque Shaugi Alam, ha pedido a los ciudadanos y a las fuerzas de seguridad que colaboren para que las manifestaciones transcurran de manera pacífica, pero un miembro de los Hermanos Musulmanes, Mohamed el Beltaqui, ha declarado que no aceptarán “un golpe de legitimidad del presidente. Por encima de nuestros cadáveres”, ha sentenciado. Durante la noche del martes han tenido lugar diversos enfrentamientos violentos que han terminado con la muerte de siete personas, así como el asalto de la sede de los Hermanos Musulmanes en el Cairo, siendo saqueada e incendiada y llevando a los partidarios de Mursi a armarse con palos, bates, porras y cadenas en la ciudad de Nasr. El analista egipcio, Jalil al Anani, experto en la Hermandad, ha considerado que “los Hermanos Musulmanes subestimaron a la oposición y la posibilidad de que el ejército interviniera para devolver al país a la casilla de salida”. El Ejército ha confirmado a través de un comunicado que anunciará una nueva hoja de rutia e impondrá ciertas medidas con la ayuda de las facciones en liza y con los jóvenes si las fuerzas islamistas y opositoras no llegan a un acuerdo en el plazo ofrecido por el Ejército. Por su parte, el presidente egipcio ha publicado otro comunicado en el que ha dejado bien claro que él “no ha sido informado” del ‘órdago’ lanzado por el ejército, y ha advertido que el mensaje de las fuerzas armadas “puede llevar a la confusión”. Mursi también ha subrayado que “seguirá hacia delante en su plan para la reconciliación final”. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha recordado el Ejército egipcio que tiene que limitarse a mantener la paz, por lo que no debe aplicar un uso extremo de la fuerza y su obligación es respetar los derechos fundamentales de los ciudadanos, “debemos recordar que en referencia a Egipto, estamos hablando de una nueva democracia, lo que el Ejército hace es crucial y nada debería hacer para socavar el proceso democrático”, ha afirmado en una rueda de prensa el portavoz de Pillay, Rupetr Colville. El portavoz ha explicado que se espera que “el Ejército intervenga si es necesario para proteger la paz y la seguridad, pero no a expensas de ningún principio fundamental como la libertad de asamblea o la libertad para protestar”, ha añadido. El presidente ha confirmado que no está dispuesto a que las protestas continúen, ya que se trata de una “contrarrevolución” urdida por los nostálgicos de Mubarak con el apoyo de la oposición liberal e izquierdista, además ha considerado que el ultimátum del Ejército sólo ha servido “para profundizar la división”.