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NEGOCIACIONES ANGLOESPAÑOLAS

Aznar y Blair, cara a cara por Gibraltar

Por Ana María RiazaTiempo de lectura2 min
España22-05-2002

A pesar de que ambos afirman que continúa el diálogo positivo sobre la futura soberanía del Peñón, ni el Presidente del Gobierno, José María Aznar, ni el Primer Ministro Británico, Tony Blair, han querido comentar las dificultades que actualmente se interponen en las relaciones angloespañolas.

En una jornada en la que el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, cambiaba su visión con respecto a la soberanía de Gibraltar al afirmar que el acuerdo morirá si los gibraltareños rechazan el referéndum angloespañol, el pasado lunes Aznar y Blair se reunían en la residencia de éste en Downing Street, aprovechando que el presidente español pasaba por Londres. "Conviene pensar un poco en términos históricos: llegar a soluciones razonables tiene muchísimas más ventajas que inconvenientes. Estos temas hay que enfocarlos desde un ánimo templado y una dosis fuerte de razón", afirmaba Aznar, quien, al igual que Blair, ha calificado el actual estado de las negociaciones angloespañolas como “constructivas y positivas”, sin dejar claro, eso sí, si las conversaciones permanecen en crisis o no, y si esto impedirá cumplir el calendario previsto por ambos gobiernos. Por su parte, el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, que la pasada semana celebraba en Londres una campaña de prensa a favor del Peñón y su restringido derecho a la autodeterminación, ha criticado que Reino Unido siga adelante en sus negociaciones con España, cuando ésta se niega a hablar de la posible anexión de Ceuta y Melilla con Marruecos. En tanto, el presidente de la Generalitat Catalana, Jordi Pujol, ha aprovechado las jornadas sobre el futuro de la Unión Europea celebradas la pasada semana en Perelada (Girona), para reclamar que se revise "a fondo" la situación de Cataluña del mismo modo que el Gobierno lo hace con Gibraltar. No es la primera vez que el líder de Convergencia i Unió (CIU) aboga por el estado confederal de soberanía compartida vigente en la España del siglo XVIII, cuando Cataluña actuaba como un Estado relativamente independiente, aunque nunca había sacado el tema a colación de la discusión internacional sobre la soberanía del Peñón.