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NBA

Última oportunidad

Por Mario VieraTiempo de lectura5 min
Deportes27-04-2013

Jugar contra los líderes de la conferencia es una papeleta. Pero encima, hacerlo en su casa, ya es un castigo. Y así ha quedado demostrado en todos los partidos de los Playoffs a excepción de la serie que enfrenta a Chicago contra New Jersey, donde los Bulls ganan 2-1. Pero en el resto de enfrentamientos los cabezas de grupo llevan una ventaja de 2-0.

Tras los dos primeros partidos, la serie se traslada al pabellón de los rivales, esta podría ser la oportunidad de esos equipos de dar la vuelta a los enfrentamientos. Jugar en casa y con la hinchada a tu espalda, es una buena fórmula para recuperar la confianza en uno mismo. Los Memphis Grizzlies deben decidirse en cómo van a defender a Chris Paul y ceñirse a ese plan. La actual estrategia de modificar la defensa sobre “CP3” dependiendo de si Conley o Bayless está en el parqué no está funcionando. Hasta el momento, Chris Paul ha dictado el tempo de los partidos, encontrando a sus compañeros y anotando a placer. Los Grizzlies han de cerrar con candado su defensa perimetral y obligar a Paul a pasar, cuanto menos tiempo pase la pelota en sus manos, mejor para el marcador de Memphis. En los dos partidos previos Chris Paul no solo ha revalidado los comentarios que le avalan como el mejor base de la liga, sino que ha hundido por completo a los Grizzlies. En unas series en las que no está ni destacando Blake Griffin, Deandre Jordan o ninguno de los “altos” de los Clippers, los bases y escoltas del equipo están haciendo las delicias de los fans. Porque a Paul le acompañan Eric Bledsoe y Jamal Crawford. Por su parte, Marc Gasol está inmejorable, pero aun así no está siendo suficiente para elevar a su equipo. El mayor de los Gasol lo tiene mucho más difícil que su hermano. Si la baja de Kobe ya dejaba a los Lakers malheridos, las de Nash, Blake y Meeks probablemente los haya herido de muerte. En este momento los angelinos no tienen ningún referente en ataque. El único que ha estado teniendo una buena post temporada en cuanto a números ha sido Antawn Jamison, y no están nada cerca a lo que los Lakers necesitan. Llevar la serie a Los Angeles no es la respuesta para los de Gasol, porque muy probablemente sea allí donde termine su viaje en esta temporada de altibajos que ha sido el 2012-13. James Harden y los Rockets necesitan a Jeremy Lin. El base taiwanés ha demostrado una y otra vez que es capaz de desmantelar a los mejores defensores de la liga. Pero en la post temporada sus dolencias en el esternón y su pésimo porcentaje de tiro han dejado al barbudo de la NBA solo ante el peligro. Emparejar al veloz Patrick Beverly con Russell Westbrook para contra restar su rapidez ha sido una buena jugada por parte de los de Houston. Sin embargo no pueden pretender que Beverly se encargue de Westbrook a la vez se haga cargo del tablero, así que es el momento de Greg Smith de hacer su esperada aparición. Los Rockets deben conseguir que la defensa se desmarque de Harden para conseguir darle más oportunidades de tiro. También deben demostrar que su apuesta por Thomas Robinson no era en vano y darle más tiempo de juego, porque con el tipo de juego que está habiendo, Patrick Patterson habría venido de lujo para los de Houston. Otro equipo cuyas opciones no pintan nada bien es para los de Milwaukee. La mejor opción que podrían tener es que alguien secuestre a Lebron James y Dwyane Wade. El tridente de los Heat está imparable en la serie. Y Wade se relame al ser emparejado con jugadores como Jennings o Ellis, que causalmente son los mejores del conjunto de los Bucks. El escolta de los Heat no solo les saca bastantes centímetros en altura, sino que también utiliza su peso para crear espacio en sus tiros en cualquiera de los emparejamientos contra el dúo de los Bucks. Y la única esperanza para Milwaukee reside precisamente en ese dúo. Jennings y Ellis tienen que comenzar un festín en anotación y a su vez pasar la pelota a sus compañeros. Y aunque jugasen así e hiciesen su mejor partido, es difícil que vayan a llevarse la serie. “This is a young man’s game” decía Garnett en la conferencia de prensa después del segundo partido. La traducción literal sería que la NBA es un deporte para jóvenes. Y es probable que la edad finalmente haya alcanzado a los Celtics. No encuentran respuesta ni en ataque ni en defensa para el juego de los Knicks. No saben cómo para a esa máquina llamada Carmelo Anthony, y tampoco saben cómo contener la explosión en el marcador que supone J.R. Smith cuando sale del banquillo. Además, los Knicks han organizado bien su defensa, negando los intentos en ataque de Paul Pierce, Kevin Garnett, Jason Terry y Jeff Green. La única opción a la que pueden recurrir los Celtics es a crear ese ambiente que se crea en Boston y a convertir el partido en ese juego sucio interior en el que Garnett destaca. De cualquier otra manera, el tiempo para los Celtics se agota. Por último, Josh Smith está viendo de primera mano porque Paul George fue seleccionado por encima de él para el All Star. El escolta de los Pacers está dominando los partidos de la serie de principio a fin. Y lo peor de todo es que George declara que siente como su confianza crece, y con ella su juego. Uno de los grandes dilemas para los de Atlanta es la cantidad de faltas que están cometiendo. En el último partido dejaron que sus rivales convirtiesen 29 tiros libres en puntos. Una auténtica barbaridad. Buscando como afinar su defensa, también deben darle ese último empujón a su ataque. Porque ofensivamente hablando tampoco se le puede reprochar mucho, pero no hay mucho que hacer si dejan que George les destroce jugada a jugada.