ITALIA
Los problemas en la economía, el paro y la política quiebran a Italia
Por Natalia Méndez Aparicio3 min
Internacional26-04-2013
Tras dos meses desde las pasadas elecciones, Italia sigue presentándose como una nación ingobernable. Los políticos no se deciden sobre quién formará el próximo gobierno, el recuento de votos no da mayoría absoluta a ninguno de los candidatos que optaron a la presidencia, la crisis cada vez hace más daño en la economía del país, el paro ha aumentado considerablemente y la situación en la UE no es que le sea favorable.
Italia tiene un paro de más del 11%, que a pesar de situarse por debajo de la media europea, ha ido aumentando en los últimos meses. El año pasado la tasa de paro se encontraba en casi el 10%. La peor parte se la llevan las mujeres, de las cuales el 12,60% no tiene un empleo, frente al 10,80% de hombres en paro. Pero, la cifra más escalofriante es la tasa de paro juvenil, que ha subido desde diciembre alrededor de un 2%, siendo mayor entre los varones menores de 25 años. A pesar de ser uno de los países europeos con peores datos económicos en Europa, no se encuentra a la cabeza como en el caso de Grecia y España. A día de hoy, el principal problema en Italia es la política. A finales de febrero de este año, se celebraron unas elecciones en las que el mayor número de votos fue para el candidato de la coalición de centro izquierda, Pier Luigi Bersani. Sin embargo, la diferencia de votos no fue lo suficientemente amplia para formar el nuevo Gobierno, además de que en el Senado se proclamó ganador Silvio Berlusconi, de centro derecha. La única carta que se barajaba en aquel momento fue la de pensar en la unión con otro partido. Bersani negó la idea de pactar con la derecha, mientras que su segunda opción, Beppe Grillo, que también fue uno de los más votados, declaró que no iba a unirse con ninguno de los dos candidatos más fuertes. Por el momento, Italia sigue sin decidir quién será el próximo presidente. La dimisión de Berlusconi En 2008, Silvio Berlusconi fue reelegido presidente del Consejo de Ministros de Italia por tercera vez. En 2006 habría dimitido por diversas polémicas, siendo sustituido por Romano Prodi. Pero, el líder de la derecha volvió a probar suerte presentándose a unas elecciones dos años más tarde, volviendo a abandonar su cargo en 2011. Tiempo antes había expresado su deseo de dimitir tras la aprobación de la Ley de Presupuestos de 2012, que conllevaría una serie de reformas económicas impuestas por la Unión Europea. "Il Cavaliere" dejaba una Italia en crisis, que iba a comenzar a hacer uso de las medidas exigidas por la UE. Berlusconi fue acusado de ser el principal problema a la hora de confiar en Italia y los más cercanos a él señalaron que el ex presidente ya no sabía que hacer, lo que provocó que se sintiera traicionado por los miembros de su propio partido. La etapa tecnócrata de Mario Monti "Los gobiernos son elegidos por el pueblo y no por los mercados financieros" dijo Berlusconi tras su dimisión. A los pocos días, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, proclamó como nuevo presidente de Italia a Mario Monti, quien también asumió el Ministerio de Economía. Sus conocimientos sobre economía le hicieron posicionarse como mejor candidato al cargo, en una época de grave crisis en Italia. Sin embargo, Monti se limitó a acatar las ordenes de la UE, unas medidas muy restrictivas que se imponían a todos los países miembros cuyas cifras económicas eran poco positivas. Todo ello provocó el rechazo del pueblo italiano. Al igual que su predecesor, Mario Monti dimitió de su cargo como presidente del gobierno en el momento en que se publicó la Ley de Presupuestos de 2013. Por otro lado, Berlusconi volvió a entrar en la escena política presentándose a las elecciones de este año. Mario Monti declaró que "cualquiera que sea el gobierno que den a Italia, será altamente responsable y orientado a la Unión Europea". Un nuevo gobierno que se espera desde hace semanas y que no termina de llegar, en una época de crisis económica difícil para los ciudadanos italianos.