REFORMA DEL DESEMPLEO
El Gobierno de Aznar tendrá que enfrentarse a su primera huelga general
Por Julia Almagro2 min
Economía26-05-2002
No se consiguió llegar a un acuerdo. La reunión del pasado 21 de mayo volvió a saldarse con un rotundo fracaso en los difíciles intentos de negociación. El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, y los máximos representantes de las dos centrales sindicales, José María Fidalgo y Cándido Méndez, consiguieron lo mismo que en las pasadas tentativas de conciliación. Nada.
El ex presidente del Gobierno, Felipe González, declaró que desde su punto de vista existen ahora más causas para convocar una huelga general que en 1988, año en el que tuvo que afrontarla su mandato. La realidad es que la idea de huelga general cada vez cobra más solidez. Dos días después del fracaso de la reunión del 21 de mayo, los máximos órganos representativos de UGT y CC.OO. aprobaban, por unanimidad, la convocatoria de la quinta huelga general que se celebra en España desde la transición a la democracia. Los sindicatos manifestaron, desde el principio, una total oposición a la reforma del desempleo que consideraban inadmisible. Son varios los aspectos de la reforma que más han indignado a las dos centrales mayoritarias, por ejemplo, que el parado se vea obligado a aceptar cualquier oferta de empleo que reciba, si el trabajo que se le ofrece está a menos de 50 kilómetros de su residencia; la desaparición paulatina del PER (Plan de Empleo Rural), que consistía en un subsidio agrario para los trabajadores de Extremadura y Andalucía, la supresión de los salarios de tramitación, lo que supondría un abaratamiento del despido; y la ampliación del contrato de inserción, calificado por los sindicatos como “contrato basura”. Lo que más ha molestado al Ejecutivo ha sido la fecha escogida por los sindicatos para la celebración de la huelga. El día 20 de junio coincide con la víspera de la Cumbre de Sevilla, último acto importante de la Presidencia de turno española en la Unión Europea. Aparicio considera que la elección de ese día pone de manifiesto que “la huelga es política”. A no ser que el Gobierno retire la propuesta de reforma del paro, el parón nacional será irremediable. El próximo 3 de junio, los sindicatos presentarán el preaviso de la huelga al Ministerio de Trabajo y seguidamente, discutirán con las administraciones públicas cuáles deberán ser los servicios mínimos.