MEDIO AMBIENTE
La reanudación del transporte radiactivo levanta las protestas de miles de ecologistas
Por Patricia García Serrano1 min
Sociedad26-03-2001
La reanudación del transporte de residuos nucleares reactiva el movimiento de protesta antinuclear en Alemania. Este tipo de traslados ha vuelto a producirse después de cuatro años de prórroga y es el primero autorizado por el Gobierno alemán de coalición entre Socialdemócratas y Verdes.
Alemania ha enviado regularmente sus residuos nucleares a la planta vitrificadora francesa de La Hague en donde se recuperan los elementos combustibles reutilizables. El material que no se puede reciclar es vitrificado y devuelto a su lugar de procedencia -en este caso Alemania- donde tiene que ser depositado durante 40 años en un almacén nuclear para que disminuya su radiactividad. El convoy que transportaba una carga radiactiva de 1.500 kilos, almacenada en 168 contenedores del tipo Castor -soportan caídas desde nueve metros de altura y resisten hasta 800 grados centígrados-, se puso en marcha desde Francia con destino a Gorbelen (Alemania) el pasado lunes.
Más de 30.000 agentes intervinieron en las tareas de vigilancia y protección del tren radiactivo. En cuanto el convoy militar cruzó la frontera alemana, miles de ecologistas alemanes intentaron impedir -mediante diversas acciones- su llegada a Gorbelen, el almacén nuclear en donde se depositarán los residuos. Cerca de mil activistas querían ocupar la vía en Wendisch Evern, pero no consiguieron su objetivo y la policía detuvo a cien personas. En cambio, cuatro jóvenes pertenecientes al grupo de acción ecologista Robin Wood lograron retrasar un día la llegada del tren nuclear a Alemania, al sepultar sus brazos con cemento entre las vías férreas. No obstante, los seis cilindros con residuos nucleares llegaron a su destino el pasado jueves a primera hora de la mañana. Una vez completado el traslado del material nuclear en Alemania se inició un debate sobre cómo proceder en el futuro con la basura atómica, ya que en La Hague aún quedan 127 contenedores alemanes y, en Alemania hay unas 1.000 toneladas de residuos radiactivos que se quieren enviar a la planta francesa para que sean reprocesados y vitrificados.