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SPANAIR

Más de 22.500 personas se quedan en tierra y esperan su reubicación en otro vuelo

Por Silvia Álvarez-BuyllaTiempo de lectura2 min
Economía29-01-2012

Fin de semana ajetreado en los aeropuertos. El pasado viernes, Spanair operó su último vuelo y se anularon todas las operaciones de la compañía. Como no habían previsto dejar de vender billetes para los días posteriores, 22.771 personas tuvieron que reubicarse en vuelos de otras compañías y retrasar la llegada a sus destinos. Como por arte de magia, las pantallas de los aeropuertos empezaron a teñir de rojo los vuelos de Spanair y comenzó una sensación de intranquilidad entre los pasajeros.

Poca información y confusa. Sonaba a huelga, pero esta vez no era así. Los pasajeros recibían respuestas poco claras en las que sólo les daban a entender que serían reubicados en la medida de lo posible en otro vuelo. Sin embargo, a muchos viajeros esta respuesta se les quedaba corta. Cada persona afectada tiene su historia. Entre los ciudadanos en tierra se encontraba la mitad de la compañía del musical Sonrisas y lágrimas que debuta en Gran Canaria y que si quería llegar a tiempo tenía que desembolsar alrededor de 10.000 euros. Además, había personas enfermas que tenían que llegar a su destino, trabajadores que necesitaban estar en una reunión el día que estaba convocada, y un largo etcétera de nombres y de porqués. Cada cierto tiempo, la megafonía de los aeropuertos lanzaba un mensaje similar: los pasajeros de Spanair tenían que dirigirse a un mismo lugar, esperar una cola y allí un empleado le reembolsaría su dinero y le enviaría al mostrador de otra compañía. La competencia comenzó a organizarse para trasladar a los viajeros que se quedaron en tierra. Sin embargo, los asientos, en muchos casos, estaban agotados y el que quería volar en un corto plazo tenían que pagar bussiness. Asimismo, los afectados se quejaban de que tuvieran que correr ellos mismos con los gastos en vez de que la compañía les reubicara directamente en otro vuelo sin pasar de nuevo por taquilla. Ante esta situación, los trabajadores de la compañía afirman estar “dando la cara”. De hecho, las oficinas de venta de billetes de los aeropuertos donde operan están abiertas desde la madrugada y se limitan a resolver las dudas de los usuarios afectados. No obstante, la otra cara de la noticia son los más de 2.500 trabajadores de la compañía que, de un día para otro, se quedan sin trabajo. De éstos, 1.300 son de Newco, la empresa que realiza los servicios de tierra, y a otro medio millar de empresas de limpieza, catering y mantenimiento. Los empleados de Spanair celebrarán esta semana asambleas en sus centros de trabajo de Barcelona, Madrid y Santiago de Compostela para analizar la situación de la compañía y decidir si emprenden movilizaciones, según han informado a agencias fuentes sindicales. Asimismo, si la situación en los aeropuertos era complicada, Iberia cancela este lunes 95 vuelos, en la séptima jornada de huelga convocada por el Sepla en contra de la creación de Express, una línea de bajo coste. Durante estos días, parece que lo más recomendable es buscar otro medio de transporte alternativo al avión para asegurar la llegada al destino en la fecha deseada.