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CUMBRE BARCELONA

Un paso adelante pero corto hacia "la gran Europa"

Por Elena López OlivaTiempo de lectura1 min
España19-03-2002

Como "un auténtico éxito". Así ha calificado los resultados de la Cumbre Europea el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué. Unas palabras que chocan con las que vertía la oposición. El líder de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, ha recriminado al gobierno que la Cumbre de Barcelona no ha sido “ni un éxito ni un fracaso, sino un paso corto".

Además, lamentó "las malas condiciones" en que acudió España a la cumbre, puesto que está "a la cola" de la Unión Europea en cifras de paro, nuevas tecnologías, competitividad e investigación. Los logros de los que alardeaba Piqué días después de la cumbre no son vistos con los mismos ojos por los socialistas, que, a través de su secretaria de Política Internacional, Trinidad Jiménez, han sido calificados como "bastante modestos si se comparan con los objetivos que se había marcado el Gobierno español". Pero si por algo se ha caracterizado esta cumbre, además de por sus fuertes medidas de seguridad, ha sido por las movilizaciones de los grupos antiglobalización. Este aspecto también ha separado al Gobierno de la oposición. Así, mientras Zapatero defendía la posición de los manifestantes y se mostraba satisfecho con "la creciente sensibilidad ciudadana por reclamar una Europa más social y un mundo más solidario", el presidente del Gobierno tachaba de incoherentes a los socialistas por protestar en la calle mientras muchos mandatarios socialdemócratas estaban sentados en el Consejo. Un total de 350.000 personas, que fueron las que se manifestaron el sábado, se trasladaron hasta Barcelona para boicotear la reunión y "hacerse oír" y lo consiguieron, aunque los altercados se redujeron gracias a los controles llevados a cabo por la Policía días antes de la celebración de la cumbre. Las revueltas y los actos vandálicos acabaron con un total de 98 personas detenidas, seis de ellas menores de edad, de once nacionalidades distintas. Entre los españoles, un elevado número de vascos y navarros, seis de ellos del entorno de ETA y con antecedentes penales por colaboración con banda armada y desórdenes públicos.