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CONGRESO PSE

La corriente nacionalista impone sus ideas en el socialismo vasco

Fotografía José Luis Rodríguez Zapatero, con el nuevo secretario general del PSE, Patxi López

José Luis Rodríguez Zapatero, con el nuevo secretario general del PSE, Patxi López

Por Mª Jesús TorresTiempo de lectura2 min
España24-03-2002

Los socialistas vascos eligieron el fin de semana en San Sebastián a su nuevo secretario general, que deberá luchar contra las disensiones internas y externas en el próximo año y medio.

El Congreso Extraordinario, celebrado en el Palacio Kursaal, estuvo marcado por el recuerdo continuo a los compañeros asesinados ETA y, en especial, a Juan Priede, concejal de Orio (Guipúzcoa) que murió tras recibir el disparo de dos etarras el pasado jueves. Patxi López, el líder del Partido Socialista de Euskadi (PSE) de Vizcaya, aglutinó la mayoría de los votos de los compromisarios socialistas. Él es una de las voces de la corriente vasquista, que obtuvo el 57 por ciento de los votos frente al 37 por ciento del redondista Carlos Totorika o el 6 por ciento de la impulsora del Nuevo Socialismo Vasco, Gemma Zabaleta. Su opción, la aparentemente más ambigua, se apoyó en el compromiso de tomar la "iniciativa" para dar "un giro a la política vasca" y lograr la paz. Para ello, consideró indispensable que el PNV "aísle" a Batasuna. Precisamente, la posible ilegalización de Batasuna y la acción contra el terror de ETA centraron las intervenciones de los tres candidatos. Zabaleta, la primera en hablar, ya había mostrado con anterioridad su desconfianza en el proyecto del PSOE y el PP de modificar la Ley de Partidos Políticos para llegar a suspender Batasuna. En el extremo opuesto se encontraba Totorica, que pidió el aislamiento político y social de los "violentos". Por su parte, Patxi López, vitoreado y aplaudido tras su elección, consideró que no se puede facilitar que Batasuna gobierne. "Batasuna no tiene legitimidad para actuar en política con total normalidad, como si aquí no pasara nada". López reconoció que el asesinato de Priede le había "condicionado", porque le refrendaba en la necesidad de unidad del partido. De hecho, la muerte de Priede condicionó todo el Congreso, que empezó el sábado con un minuto de silencio y se interrumpió a mediodía para guardar otros 15 minutos de silencio en el exterior del Palacio Kursaal. El presidente de la Mesa del Congreso, José Antonio Pastor, colocó un ramo de rosas en la silla que debía ocupar Priede, entre los aplausos de los asistentes. El Congreso acabó con la aprobación, por más de un 64 por ciento de los votos, de la nueva Ejecutiva, mayoritariamente afín a López y presidida por Jesús Eguiguren, ideólogo del vasquismo. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, lanzó un mensaje a López durante la clausura: debe ser él quién lidere la rebelión democrática frente a ETA.