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MUNDIAL 2010

Alemania humilla a Inglaterra y fortalece su condición de favorita

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
Deportes27-06-2010

Alemania escribió un capítulo más de su idílica historia en los Mundiales. Inglaterra, víctima de sus propios temores e inseguridades, sucumbió ante una de sus grandes bestias negras de la forma más dolorosa posible. Destrozados por el gol del empate que el juez de línea negó a Frank Lampard, los de Fabio Capello, endebles en defensa, fueron incapaces de recuperarse. Los teutones fueron puro fuego en ataque y se reivindicaron como favoritos al título.

Alemania 4 – Inglaterra 1 Capello volvió a aportar por la contundencia y el control en el centro del campo. El enjambre que dibujó el italiano en la media brindó a Inglaterra el balón. Sin embargo, la posesión fue una ventaja inútil ante la falta de creatividad del equipo. Los pross no jugaron como se les recuerda tras una fase de clasificación en la que hicieron las delicias de su afición. Mareaban el balón sin acercarse apenas al área de Manuel Neuer, protegido por una defensa que rindió a la perfección. Alemania estuvo cómoda sin el esférico porque en cuanto lo recuperaba le bastaban dos toques de calidad de Mesut Ozil o Thomas Muller para crear una ocasión de gol. El ataque germano fue puro artificio, una máquina que funcionó con precisión, rapidez y sin vacilaciones. Y la defensa inglesa, por el contrario, reflejó la falta de convicción y la inseguridad que todo el combinado inglés arrastra desde el inicio del Mundial. Así, el primer tiempo pudo haber acabado ya con una goleada para los germanos. Miroslav Klose, que busca convertirse en el máximo goleador de la historia de los Mundiales, abrió la lata tras birlar la cartera a Matthew Upson. Lukas Podolski marcó el segundo tras una brillante jugada colectiva. Y si Inglaterra no recibió más tantos fue por las intervenciones de David James. Al verse dos goles abajo, Inglaterra recurrió a su mejor arma: la pasión. Un arreón de coraje lanzó a los pross, que marcaron por medio de Upson en un córner y pudieron lograr la igualada. Con los ingleses volcados, Lampard conectó una preciosa vaselina que golpeó en el larguero y entró claramente en la portería para volver a salir. Ni el asistente ni el colegiado fueron capaces de ver el gol, ante la indignación de los británicos. Fue un golpe del que ya no pudieron recuperarse. En la segunda mitad, los de Capello pusieron todo su empeño en dar la vuelta al partido. Lampard envió un balón al palo, James Milner intimidó con sus centros y luego pudo marcar de no haber estrellado su remate en un defensa. Pero la zaga alemana estaba muy bien organizada y a Inglaterra se le fueron acabando las fuerzas. Mucho más frescos, los alemanes se exhibieron en las contras, con combinaciones rápidas y de calidad. Ozil fue el eje sobre el que giró todo el juego de ataque, un genio imaginativo, justo lo que le faltó a los ingleses. Con el paso de los minutos, Inglaterra comenzó a atacar de forma desesperada y eso lo aprovecharon los teutones para rematar a su oponente al contraataque. Muller fue el ejecutor. Marcó primero con un potente disparo que James despejó mal y más tarde culminó un contraataque que Ozil había comandado a la perfección. Quedaban veinte minutos por jugarse, pero a Inglaterra les sobraron, pues aún pudieron salir más humillados. Los cambios desesperados de Capello no sirvieron para nada. La falta de tino de los alemanes impidió que el marcador se moviera. Los pross vuelven a casa con la mosca detrás de la oreja por el gol anulado a Lampard, pero conscientes de que en este Mundial no han hecho méritos para merecer llegar más lejos. La ansiada reedición del título conseguido en 1966 tendrá que esperar. Goles: Klose (20’), Podolski (32’), Upson (37’) y Muller (67’ y 70’)