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CUMBRE G-20

Los países desarrollados del G-20 reducirán los “déficit” a la mitad para 2013

Por Silvia Álvarez-BuyllaTiempo de lectura2 min
Economía27-06-2010

Los líderes del G-20 se han reunido este fin de semana en Toronto (Canadá) para buscar el camino más idóneo para recuperar la economía mundial. Todos tienen claro el objetivo, pero difieren en la manera de alcanzarlo. La Cumbre ha estado marcada, este año, por las diferencias entre los países por lo que han acordado que cada uno establezca su propio ritmo de recuperación. No obstante, los “países ricos” se comprometen a reducir los déficit "al menos a la mitad" para el año 2013.

Los líderes del G-20 se han “encerrado” durante dos días para discutir sobre la mejor forma de salvar la economía mundial. A pesar de que todos coinciden en que imprescindible unificar criterios para no dificultar el crecimiento en cada país, la mayoría difiere en los tres puntos principales: el dilema entre el estímulo económico o el recorte del gasto, la imposición de una tasa bancaria mundial y la reforma de las instituciones financieras. Sin embargo, en algo han conseguido ponerse de acuerdo. Los líderes de las mayores economías del mundo se comprometen a reducir la mitad de sus déficits presupuestarios dentro de tres años, pero quieren que cada país establezca su propio ritmo. Así, los "países desarrollados" del G-20 tendrán que reducir los déficit "al menos a la mitad" para el año 2013 y "estabilizar o reducir la deuda gubernamental como porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) para el año 2016”. La Cumbre ha estado marcada por tres frentes: el crecimiento de Asia, la recuperación lenta de Estados Unidos y el, todavía, estancamiento de Europa. “Las cicatrices de la crisis siguen con nosotros”, dijo el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner. Por este motivo, “el hecho de aceptar que el G20 esté dispuesto a aceptar objetivos es alentador", señaló el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. Sin embargo, las divergencias se han producido en varios niveles: entre EEUU y la UE y entre los países industrializados y los mercados emergentes. Un ejemplo de ello es la disputa entre las políticas económicas propuestas por EE.UU. y por la UE. El presidente estadounidense, Barack Obama, llegó a Toronto con una reforma financiera aprobada por el Senado. No obstante, su reforma “castiga” a los bancos universales, algo que perjudica al sistema financiero europeo. Asimismo, Obama tiene claro que los países europeos deben incrementar el gasto público mientras que Alemania aboga por incentivar las exportaciones y moderar el consumo interno. Por su parte, España, no forma parte del G-20, pero fue invitado por el primer ministro canadiense, Stephen Harper. Mientras, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, equiparó la situación española a la griega, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió a Toronto a defender la solvencia del sistema financiero español y sus sistemas de control. Zapatero explicó las principales reformas que ha puesto en marcha en España, especialmente a la relativa al mercado de trabajo y a la del sistema financiero, que afecta especialmente a las cajas de ahorros. Además, hizo hincapié en la necesidad de unir la consolidación fiscal con el impulso al crecimiento económico.