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MUNDIAL 2010

Uruguay vuelve a la elite después de 44 años

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
Deportes26-06-2010

Dos veces campeona del mundo, la selección uruguaya llevaba casi medio siglo –desde 1966– sin pisar los cuartos de final de un Mundial. Pero la suerte de los charrúas parece haber virado en Sudáfrica. Luis Suárez guió a los suyos a la victoria contra la voluntariosa Corea del Sur y convirtió a Uruguay en el primer equipo que se mete entre los ocho mejores. Los campeones del mundo en 1930 y 1950 pueden estar orgullosos de sus herederos.

Uruguay 2 – Corea del Sur 1 Uruguay demostró desde el principio ser un equipo mucho más entero y maduro que Corea. Aunque normalmente la principal virtud que se les atribuye es la calidad de su delanteros, los charrúas llegaban a la primera eliminatoria del Mundial sin haber recibido un solo gol. Y contra los asiáticos ofrecieron una buena demostración de su solidez. A ello contribuyó la seguridad que les dio el temprano gol de Luis Suárez, fruto de un error conjunto de la defensa y el portero en un aparentemente inofensivo centro de Diego Forlán. La ventaja en el marcador fue un alivio para los uruguayos, que cedieron toda la presión a su rival. Corea demostró voluntad, pero carecieron de la creatividad necesaria para abrir la ordenada defensa rival cada vez que llegaban a los últimos treinta metros. Así, sus únicas armas fueron los disparos lejanos y los balones colgados al área; intentos que nunca surtieron efecto pese a la insistencia de Park Chu Young, el delantero del Mónaco, cuyo mejor disparo, de falta, se estrelló en el palo. Viendo que los ataques de Corea eran estériles, los uruguayos se sintieron cómodos y pudieron lograr el segundo en varias ocasiones, aunque el colegiado interfirió en todas ellas. Primero, el árbitro señaló un dudoso fuera de juego cuando Suárez se quedaba solo ante el portero y después resolvió en no castigar como penalti una mano dentro del área coreana. Ante la ausencia de imaginación, la mejor virtud de Corea del Sur fue la constancia. Aunque sus centros al área no eran ni precisos ni peligrosos, los asiáticos acabaron obteniendo frutos, principalmente por errores en el despeje de la defensa rival. Chu Young y Park Ji Sung fueron casi siempre los ejecutores, pero no estuvieron finos en el remate. Conforme pasó el tiempo, sobre todo en la segunda mitad, los celestes se olvidaron del ataque y se acomodaron en defensa, relajados ante los inofensivos intentos de su oponente. Todo se sucedía a la perfección para los sudamericanos hasta que, en un lanzamiento de falta, el enésimo balón colgado al área por los coreanos, el guardameta uruguayo cometió un error y permitió que Lee Chung Yong empatara el partido. Sólo entonces Uruguay volvió a ser Uruguay. Salvo por una peligrosa jugada que Lee Chun Young no acertó a rematar, el resto del encuentro se jugó en campo coreano. Luis Suárez gozó de varias oportunidades para volver a poner al mando a los suyos, pero unas veces el guardameta y otras la falta de puntería impidieron que lo lograra. El delantero del Ajax de Ámsterdam, muy metido en el partido, llevaba veneno en cada una de sus jugadas. Y su desgaste tuvo premio, porque cuando el partido comenzaba a oler a prórroga Suárez recogió dentro del área un córner sacado por Forlán y, tras recortar al defensa, puso el cuero pegado al palo, inalcanzable para el portero. Fue todo un golazo que acabó con la moral de los surcoreanos, quienes, con todo, aún pudieron igualar de no ser por la falta de convicción en el remate de Lee Dong Gook. Uruguay se clasificó para cuartos de final por primera vez en más de cuatro décadas. Goles: L. Suárez (7’ y 80’), Chung Yong (68’)