RELACIONES ESPAÑA-MARRUECOS
Las relaciones entre España y Marruecos siempre han estado entre el amor y el odio
Por J. F. Lamata
3 min
España20-05-2010
Las relaciones entre el Reino de España o el Reino de Marruecos siempre han sido una extraña mezcla amor-odio, tirante segun cada momento. El régimen del General Franco contó siempre con buenas relaciones con los sultanes de Marruecos, no en balde Marruecos apoyó al bando nacional durante la Guerra Civil Española, de hecho fue durante esta etapa en la que se reconoció su independencia en los años cincuenta. Igualmente el Rey Juan Carlos I ha comentado en alguna ocasión su proximidad con Hassan II y Mohamed VI. Pero la realidad parece muy distinta a la que se ve en la diplomacia.
La marcha verde A pesar de que se suponía que España y Marreucos mantenía cordialísimas relaciones - eso decía la propaganda franquista - muy poco antes de la muerte del dictador se demostró que aquel éxito se debía básicamente a la autoridad del generalísimo, puesto que cuando este ya estaba gravísimamente enfermo. SIn ninguna capacidad de acción, el Rey Hassan II no tuvo incombeniente en ordenar la invasión civil del Sahara. La jugada era inteligente, pues era una invasión en toda regla, pero con la dificultad que tenía el ejército español de abrir fuego contra civiles, el Gobierno en funciones optó por entregar el Sahara a Marruecos y cerrar un capítulo de su historia colonial en África. La ONU nunca reconoció aquella ocupación. EL Fiasco Dudú En 1986 el Gobierno español con José Barrionuevo como ministro nombró al musulmán Ahomar Mohamed Dudú como asesor del ministerio, en un intento por mejorar las relaciones con Marruecos. La decisión no pudo ser peor, Dudú dimitió tras apenas unos meses y jugó a ser líder musulman por unos años reivindicando la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos. Sin embargo, a pesar de llegar a hacer importantes manifestaciones, a la hora de las urnas, estas no le respondieron. El G.I.L En 1999 el rocambolesco Grupo Independiente Liberal creado en torno al polémico empresario Jesús Gil y Gil se presentó a las elecciones de Ceuta y Melilla prometiendo "alguna sorpresa" en las relaciones con Marruecos y con una estrategia muy crítica hacia Marruecos. La sorpresa fue que el GIL logró la mayoría en ambas ciudades desbancando a PP y PSOE. Fue la mejor demostración de la animadversión de ceutíes y melillenses a cualquier integración con Marruecos. El GIL se derrumbó a los dos años agobiado por casos de corrupción. Perejil, al borde de la guerra Se desarrolló del 11 de julio de 2002, tras la ocupación de la isla Perejil por efectivos Marroquíes. Una patrullera de la Guardia Civil se percató de los hechos y decidió acercarse para investigar. Tras enviar una zodiac para desembarcar y advertir a los que allí se encontraban de que debían retirarse, los gendarmes marroquíes espetaron a los agentes españoles: "marchaos de aquí, esto no es tierra española". En ese momento se produjo una breve pero tensa discusión que quedó zanjada cuando los marroquíes encañonaron con sus AK-47 a los españoles y amenazaron con dispararles "por error". Los agentes españoles, armados únicamente con sus pistolas reglamentarias, decidieron prudentemente retirarse y comunicar a su base el incidente. Mientras la población española se mantenía bastante al margen de toda esta historia mientras los diplomáticos de todo el mundo contenían la respiración ante la inminente guerra. La intervención de Estados Unidos - entonces aliados de España - forzaron a los árabes a abandonar la islita española. La visita de los reyes La visita de los Reyes de España en 2007 a las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla causó una intervención del rey de Marruecos, Mohamed VI, que manifestó que aquello: "constituía una provocación grave y un ataque a los sentimiento del pueblo marroquí', reiterar que para él Ceuta y Melilla son parte integrante del territorio de Marruecos y que el asunto del futuro de las 'provincias del sur' (como denomina Marruecos al Sáhara Occidental) 'no puede impedir al Reino reivindicar la recuperación de esta preciosa parte de su territorio nacional'. A pesar de que aquello nunca fue suyo y que la población de ambas ciudades recibió con inmensa alegría aquella visita: "ya era hora", "nos tenían olvidados", dijeron muchos habitantes de aquella ciudad.