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TOROS

Leandro pide sitio en Madrid tras una entonada actuación en Valdemorillo

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Espectáculos08-02-2010

Antaño decían que triunfar en la Feria de san Blas de Valdemorillo equivalía a un éxito en la mismísima plaza de Las Ventas. Aunque otras plazas se están adelantando a inaugurar el curso taurino en España, la localidad madrileña aún sigue guardando solera y sabor taurino y a los tendidos de su moderna plaza cubierta acuden no pocos periodistas, aficionados y profesionales del planeta taurino.

En este 2010 el torero que mejor ha pasado por la cita serrana ha sido Leandro Marcos. El castellano se acarteló el sábado día 6 con una corrida de Peñajara, hierro que trajo a Valdemorillo un buen muestrario de estampas y nobleza. Los astados del hierro sevillano tuvieron un juego más que interesante y, ya de paso, pusieron a prueba a los más entendidos para tratar de describir sus pelos, como el del bonito sardo que saltó al albero de La Candelaria. También hubo castaños, coloraos… Pero lo que más destacó entre la neblina de vaho bajo la cubierta de Valdemorillo fue el sitio por el que se mueve el torero Leandro Marcos, ahora anunciado en los carteles como "Leandro", a secas. Este hombre tenía fe en a quien madruga Dios le ayuda y que torear en la sierra de Madrid suponía abrirse la puerta de Las Ventas. También se lo trabajó a ley. A pesar de que con la espada no anduvo fino –sólo cortó una oreja a su segundo, aunque en su primero se la negó la presidencia–, este Leandro a secas entiende al que tiene delante y además pone sentimiento a la lidia. Bonitas instantáneas protagonizó propias de pintureros carteles de toros. Le tocó en suerte un buen lote, bien es cierto, pero el diestro estuvo a la altura ligando los pases, bajando la mano y cruzándose siempre. Un toreo inteligente y sentido que quizás encuentre sitio y no dentro de mucho en la primera plaza del mundo. Por algo siguen diciendo en Valdemorillo que triunfar en su Feria de San Blas asegura un contrato en Las Ventas. O dos.