REFORMA LABORAL
Zapatero reconduce el diálogo social con la nueva propuesta
Por Juan Heralta Rodríguez
2 min
Economía07-02-2010
Tras varios meses de negociaciones rotas con los sindicatos y la patronal, se han retomado las negociaciones para llevar a cabo la nueva reforma laboral. Estas, desde su primera divulgación en 1980 han sufrido varios cambios, siendo las más significativas las de los años 1994 y 1997. Tras la ruptura del diálogo social el pasado mes de julio, el Gobierno se prepara para negociar de nuevo con los sindicatos y la patronal.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rompió el diálogo social con los sindicatos y la patronal a finales de julio de 2009 ya que fueron incapaces de acordar un nuevo plan para reformar el mercado laboral. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, certificó también el final de las reuniones de la mesa de diálogo social después de dos meses de intenso trabajo entre el Gobierno, los sindicatos y la CEOE. Parece que en esta ocasión ha habido más suerte. El Gobierno ha presentado una reforma abierta con el fin de mantener contentas a las otras dos partes. Sin embargo, todavía queda mucho que negociar con ellas para conseguir una reforma del mercado laboral. Las reformas laborales desde su primera divulgación en 1980 han contribuido a que se produzcan mejoras para los trabajadores. Una de las primeras reformas, la de 1984, consiguió que durante siete años bajara la tasa de paro impulsando la contratación temporal. Pero diez años más tarde se produciría la reforma laboral más lograda, pese a que sus inicios no fueron del todo buenos, puesto que puesto provocó multitud de manifestaciones. Pese a todo, consiguió una mayor flexibilidad del marco legal que regulaba el desarrollo de las relaciones laborales. En el año 1997 se dio un paso más y se contó con un amplio consenso social. Esta sirvió para asentar los cimientos que se pusieron en el 94. Es por eso que los resultados obtenidos fueron bastante óptimos, puesto que el número de parados disminuyó, a la vez que aumentó el número de ocupados. La tasa de paro logró situarse en el 12,9, debido a que se apoyó en la contratación indefinida: los contratos indefinidos aumentaron, por primera vez, de una forma importante, de la mano de un nuevo contrato de trabajo, de fomento a la contratación indefinida, que en caso de despido objetivo improcedente, tenía una indemnización de 33 días por año de servicio. El éxito de esta reforma también radicó en que la situación económica fuera evolucionando muy favorablemente. Hay que añadir que esta contó con un amplio apoyo social e introdujo una nueva modalidad de contrato de trabajo Ya en el año 2001 se ideó la cuarta reforma del Estatuto de los Trabajadores con el único objetivo de mantener los efectos positivos que se habían alcanzado con la reforma anterior. Ésta, en cuanto a datos fue buena pero las medidas optadas no tuvieron el mismo efecto que la anterior. El resto de reformas realizadas después del 2001, ninguna consiguió cumplir las expectativas propuestas. Esto fue debido a que las medidas propuestas no resolvían los auténticos problemas del mercado laboral, puesto que la mayoría eran medidas temporales con plazo fijo, para fomentar los contratos indefinidos y para que hubiera mayor transparencia en la utilización de los contratos temporales. Por tanto, las de 1994 y 1997 fueron las únicas que abordaron en profundidad los problemas estructurales que planteaba la legislación laboral.