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DESAYUNO DE ORACIÓN

Zapatero convierte a la religión en un arma de política exterior

Por Rodrigo RomeroTiempo de lectura2 min
Sociedad04-02-2010

La política es a veces mal amiga del propio político. El anhelo por tender lazos de unión con países de mayor rango hace que toda ideología y bases de algo que se ha estado insistiendo con toda la fuerza queden en el olvido. Precisamente, es esto lo que se le achaca a Zapatero en el discurso pronunciado en el Desayuno de Oración al que Barack Obama le invitó personalmente.

A pesar de ser una sociedad reconocida en la Constitución como aconfesional, es una innegable afirmación que Zapatero haya reconocido que la religión que profesa la mayoría de creyentes en España es la "cristiana". El afán por disminuirla en los últimos dos años ha confeccionado el plan que el Partido Socialista pretende llamar como Ley de Libertad Religiosa, por la cual se regulará el uso de los símbolos religiosos, que previsiblemente quedarán excluidos de espacios públicos de carácter estatal, autonómico y local. Del mismo modo, junto a esta ley que ahondará en la laicidad del Estado, convivirán todos los acuerdos con la Iglesia católica, incluida la financiación. Así pues, y aunque esta Ley esté en estos instantes congelada; se ha generado una opinión pública de aquellos sectores laicos y de otras religiones que profesan en España contra todo el movimiento cristiano español. Todo ésto, sumado a la polémica reforma de la Ley del Aborto supone que la religión sea ahora otro frente abierto entre el Gobierno y la oposición. La religión cristiana es ahora única y exclusivamente otro arma más de polémica en el Congreso. En este caso, un arma de política exterior. "El valor de la libertad religiosa", ha sido el centro del discurso del presidente español en Washington. Se genera de esta forma una contradicción entre estas palabras y toda la ideología que pretende promover entre la sociedad española mediante la Ley de Libertad Religiosa. A pesar de este proceso contradictorio, Zapatero no se encuentra solo. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, afirma que "no es contradictorio, es una ocasión más de mostrar la importancia de España", recordando del mismo modo que "es la primera vez que a un jefe de Gobierno en ejercicio se le invita a este acto, donde han participado personalidades importantes". Lo dicho, la religión como instrumento de Estado.