UNIÓN EUROPEA
Las novedades del Tratado de Lisboa, al detalle
Por Rodrigo Romero2 min
Internacional20-11-2009
Tras las quejas y malestares manifestados por los gobiernos de la Italia y de Polonia acerca de ciertas restricciones que se establecen a dichos gobiernos, el Tratado de Lisboa saldrá adelante. Y con él, una reforma política, legislativa y administrativa que pondrá a la Unión Europea en posición de defensa frente a la crisis.
En primer lugar, se crea la figura de un presidente estable elegido por un período de dos años y medio, renovable una vez; así como un nuevo cargo de Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad, que será al mismo tiempo vicepresidente de la Comisión Europea y tendrá a sus órdenes un servicio de acción exterior. A la hora de la elección de un nuevo presidente de la Comisión el Tratado instaura un nuevo sistema para el cálculo de la mayoría cualificada en la toma de decisiones. La doble mayoría se aplaza, no obstante, hasta el 1 de noviembre de 2014 para satisfacer a Polonia, país que obtiene otras garantías, como el fortalecimiento del denominado compromiso de Ioannina mediante un protocolo que aclara que este mecanismo (que actúa como freno de emergencia al permitir a una minoría de países retrasar una decisión aunque no tengan votos suficientes para bloquearla) sólo podrá modificarse por unanimidad. Asimismo, un abogado general permanente será el que presida el Tribunal de Justicia de la UE. El tamaño de la Comisión Europea se reducirá de los 27 actuales a un máximo de dos tercios del número de estados miembros, a partir de 2014. Esto supone un aumento significativo del poder de codecisión o colegislación del Parlamento Europeo, disminuyendo en gran cantidad el poder político del presidente de la Unión. Reino Unido obtiene con este tratado importantes aclaraciones y restricciones en la aplicación de la Carta Europea De Derechos Fundamentales a su territorio, la cual no figurará en el nuevo documento, pero éste incluirá una mención que señalará su carácter vinculante. Sin duda alguna, el éxito más significativo del Tratado radica en el reconocimiento de la iniciativa popular, ya que un millón de ciudadanos pueden pedir a la Comisión que proponga una medida legislativa. Esto supone una paso hacia una politica social común, gran ausente en los principales programas políticos de la Constitución Europea.