CRISIS DEL PP
Camps reparte los cargos de Ricardo Costa pero se mantienen los recelos internos
Por J. F. Lamata2 min
España03-11-2009
Antonio Clemente será el nuevo secretario general del PP en Valencia y Rafael Blasco será el nuevo portavoz en las cortes. Así es como ha resuelto Francisco Camps el problema creado por la suspensión de militancia de Ricardo Costa.
Bajo la atenta mirada de Génova, el Comité Ejecutivo del Partido Popular valenciano decidió resolver la crisis provocada por la suspensión de militancia del hasta ahora secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, que ha quedado fuera del partido pese a no estar todavía imputado por la justicia. Camps decidió repartir las funciones de Costa en distintas personas, Antonio Clemente - que cuenta con el visto bueno de Génova - sera el nuevo secretario general del PP regional, mientras que el cargo de portavoz en las cortes lo asumirá el ex socialista Rafael Blasco, una figura especialmente hostil para el PSOE por tratarse de un antiguo compañero de grupo y que ha sido consejero de todos los gobiernos que ha habido en la Generalitat de Valencia. Pero el punto más polémico era la aprobación de una normativa que prohibiera a dirigentes del partido expresar opiniones críticas contra la dirección públicamente. La norma fue apoyada por todos los representantes de Valencia, así como los de Castellón - Carlos Fabra - pero contó con el voto contrario de todos los representantes de Alicante encabezados por el presidente provincial José Joaquín Ripoll. A pesar de que la norma fue aprobada, Ripoll no tuvo inconveniente en mostrar públicamente sus discrepancias ante los periodistas: "Las leyes del silencio son propias de otras épocas". Jorge Sedano, alcalde de Alcoi y otro de los que votó en contra, mostraba su respaldo total a lo dicho por Ripoll "si hacemos las cosas mal la gente nos mirará mal por la calle". Se da la circunstancia que Ripoll fue en su día el candidato de Eduardo Zaplana - el líder del PP valenciano durante años, hoy retirado de la política - para asumir la presidencia del PP en Valencia, pero que vio frustrada sus aspiraciones por las presiones de Génova, entonces en 2004, con más fuerza que la actual. Por lo que parece Alicante se mantiene como feudo de los críticos, a pesar de que el jefe en Castellón, Fabra, hiciera una matización: "Alicante no ha votado en contra, han votado en contra cuatro señores de Alicante". Más dura con los críticos fue la alcaldesa de Elche, que invitó a Ripoll y Sedano a abandonar el partido.