TOROS
Enrique Ponce indulta dos toros en una semana
Por Almudena Hernández2 min
Espectáculos27-06-2009
Dicen que hace el toreo fácil y que en sus manos parece que el comportamiento de los toros no desvela los errores. Quizás sea por eso, o por la fortuna en los sorteos, por lo que Enrique Ponce ostenta un particular récord. En menos de una semana, el veterano maestro ha tenido la oportunidad de indultar dos toros, con los que ya suma las espectaculares cifras de 22 en España y 35 en todo el mundo.
La semana histórica en la carrera del matador de Chiva comenzó en Alicante el lunes 22. Allí se encontró con un excelente, aunque blando, toro de Juan Pedro Domecq, con el que pudo desplegar un toreo de grandes dimensiones. Su compañero de viaje fue Comendador, un astado del ganadero andaluz marcado con el número 134 y que pesó 482 kilos. Enrique Ponce supo ver el brío con el que quedó ese segundo de su lote después de los picadores -al primero le cortó una oreja-, y encontró la distancia perfecta para administrar la bravura del cornúpeta. Tras la incesante petición del respetable, ensimismado ante una faena larga, completa y cumbre, el presidente sacó el pañuelo naranja. Peros aparte, el resultado fue un triunfo inequívoco para la Fiesta en el que ganaron todos: el ganadero, que cuenta con un semental más en su dehesa; y el matador, que se llevó el premio de las dos orejas y rabo simbólicos. Seis días después, el sábado 27 de junio, Enrique Ponce toreaba en León, donde se lidiaron toros de Zalduendo. Al primero de su lote le cortó una oreja con un buen toreo de capa y una faena técnica. Pero el hito llegó con el cuarto de la corrida. De nuevo el valenciano deslumbró con el toreo de capa, gustándose a la verónica. Con la pañosa, el torero valenciano comenzó flexionando las piernas, para ahormar la embestida del toro por bajo. El animal se fue yendo arriba y el matador fue desgranando con él tandas de belleza y plasticidad. Ya en los compases finales de la lidia, Ponce se gustó con un repertorio más popular y de adorno, llegando a intentar la suerte suprema hasta en tres ocasiones. Sin embargo, el público le impidió que acabase con la vida de Lastimado, el brillante animal marcado con el hierro de Zalduendo y con el número 185 que había dado en la báscula el peso de 480 kilos.