EJECUTIVO
La lealtad de Salgado sustituye a Solbes y su enfrentamiento con Moncloa
Por Alejandro Requeijo3 min
España12-04-2009
La lealtad. ese es el valor que ha primado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la hora de elevar a Elena Salgado a la Vicepresidencia económica del Ejecutivo. Ocupa el lugar que deja un agotado Solbes, que abandona el cargo sin ningún agradecimiento para el líder socialista y denunciando las “limitaciones” con las que se ha visto obligado a trabajar.
Elena Salgado es una de las integrantes de ese reducido grupo de cuatro ministros -junto a Moratinos, De la Vega y Espinosa- que se mantienen en el Ejecutivo desde el inicio del mandato de Zapatero en 2004. A lo largo de cinco años en el Gobierno, el presidente le encomendó la función de dirigir la cartera de Sanidad y Consumo al frente de la que impulsó, entre otras cosas, la polémica Ley Antitabaco. Desde 2007 era la titular del Ministerio de Administraciones Públicas. En contra, Salgado cuenta con la inexperiencia al frente de un Departamento eminentemente técnico como es el de Economía. Entre los retos que se le presentan, se encuentran la elaboración de los presupuestos para el próximo año y las dificultades que le presentará la financiación autonómica. Precisamente el escaso perfil de Salgado para este puesto ya ha originado la reacción del mundo económico, que ha encajado con escepticismo su nombramiento. Sin embargo, Salgado cuenta a favor con la plena confianza de Zapatero fruto de su lealtad y su capacidad de trabajo demostrada en los últimos años. Precisamente, desde Presidencia esperan que esos atributos se materialicen en su relación con la oficina Económica de Moncloa, fuente de enfrentamiento entre Solbes y Zapatero en el pasado. “Ha sido ministra desde que obtuve la confianza en el Parlamento y en todos los gobiernos y en todas las tareas he visto una extraordinaria eficacia en gestión", indicó Zapatero sobre Salgado. "Aquí todos estamos para sudar la camiseta al máximo, para entender y soportar las exigencias de la sociedad, las inquietudes y la preocupación de los ciudadanos que nos han dado su confianza y de todos los ciudadanos en general. Hay que trabajar duro, más que nunca", añadió el presidente. De hecho, Salgado, que no disfruto de las vacaciones de Semana Santa, inició sus labores nada más ser nombrada. La nueva ministra mantuvo una reunión con el también nuevo titular de Fomento, José Blanco, y con la ministra de Defensa, Carmè Chacón, con quienes abordó sus planes para el futuro. Relación con Solbes El ya ex ministro de Economía y Hacienda protagonizó la despedida más fría en comparación con el resto de ministros salientes. Sin hacer mención alguna al presidente en el capítulo de agradecimientos, Solbes llegó a denunciar las “limitaciones” con las que, según dijo, se ha visto obligado a trabajar. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, acudió al quite para interpretar esas palabras y relacionarla con la crisis económica. Sin embargo, atrás quedan varios años de mala relación entre Zapatero y Solbes, quien llevaba meses pidiendo su salida del Gobierno. Las dificultades con las que se encontró Solbes a la hora de cuadrar los números con las numerosas medidas sociales promovidas por Zapatero como el cheque bebé, los 400 euros o la ayuda al alquiler, así como las exigencias de la financiación catalana o la manera de afrontar la crisis desde el plano político antes de las elecciones generales han tenido la culpa de ese distanciamiento. La última prueba de esa relación es la dimisión tras la remodelación de Gobierno de la mano derecha de Solbes en el Departamento de Economía, David Vegara, quien ya sonó como posible sucesor del ministro en la pasada legislatura. Vegara anunció su salida del Ejecutivo alegando “motivos personales”.