RELIGIÓN
La Semana Santa, una fiesta vivida de formas distintas
Por Javier M. Fandiño
2 min
Sociedad03-04-2009
El pan ácimo, las velas y los huevos de Pascua también estarán presentes en la Semana Santa junto a los pasos procesionales. Los católicos, los ortodoxos, los protestantes y los judíos conmemoran de diferente manera la celebración religiosa por excelencia para el mundo cristiano.
La Iglesia Católica Ortodoxa rige sus festividades de Semana Santa de acuerdo con el calendario juliano, por lo que no es común que coincidan en el mismo día la Pascua católica y la ortodoxa. Este año, los ortodoxos celebran el Domingo de Pascua el día 17 de abril, siete días más tarde que los católicos. Los seguidores de esta doctrina resaltan, al igual que los protestantes, la Resurrección de Cristo por encima de la Pasión. Entre las costumbres, destaca acabar con la cuaresma el Sábado Santo mediante huevos cocidos teñidos de rojo, que simboliza la sangre de Cristo, y pan mojado en vino. Otro alimento tradicional es el cozonac, un pastel muy común en todas las celebraciones sociales. En la celebración de la Vigilia Pascual cobra mucha importancia la luz y es costumbre llevar una vela a la misa nocturna. Además, se lee el Evangelio en distintos idiomas. Mientras que en las ciudades católicas los pasos procesionales y las ceremonias invaden la festividad de Semana Santa, los protestantes tienen una manera distinta de vivirla. Como su religión se sustenta en la creencia de un Cristo vivo y no en uno sufriente, su día más importante es el Domingo de Resurrección. En sus templos no se pueden encontrar imágenes religiosas, por lo que los coros y los órganos son los encargados de dirigir la festividad y recordar la resurrección de Jesús de Nazaret. En distintas ciudades europeas se interpretan obras de Bach un autor protestante que dejó un importante legado musical para estas fechas. Los seguidores de esta doctrina no realizan procesiones y no tienen la obligación de ayunar carne, pero es muy común el consumo de los huevos de Pascua. Los judíos, puesto que no aceptan a Jesús como el Mesías, no celebran la Pasión, la Muerte y la Resurrección. Ellos, sin embargo, conmemoran la pascua de Pésaj, la celebración de la libertad, la fiesta que conmemora la huida de Egipto por parte del pueblo de Israel. La Pésaj es, ante todo, una fiesta hogareña, en la que los judíos se reúnen en sus casas por la noche para cenar y narrar la historia del éxodo. Pésaj significa "paso" y su nombre se relaciona con el cordero pascual que aparece en el Pentateuco cuando Dios ordena a Moisés en la última plaga pintar las puertas con sangre de cordero para liberar al pueblo de Israel. Es una costumbre comer Matzá, un pan elaborado únicamente mediante harina y agua, durante ocho días, tal y como hicieron los antepasados de los judíos antes de salir de Egipto. En la cena no puede faltar el cordero, que suele ir acompañado con hierbas amargas.