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BOLSAS

Lo que mal empieza, mal acaba

Por Laura M. ÁlvarezTiempo de lectura2 min
Economía28-12-2008

La inestabilidad ha sido la palabra clave de este año. Las bolsas de los cinco continentes se tiñeron de rojo durante todo el 2008 después del ciclo alcista de la renta variable moderna durante 2007. Para el principal índice de la bolsa española, el Ibex 35, este ha sido su primer ejercicio de pérdidas en cinco años.

Los inversores se lo han pensado más de dos veces antes de entrar en el mercado bursátil a lo que se ha sumado una única salida a bolsa, tan sólo una caja, a través de cuotas participativas se ha atrevido a dar el salto al parqué. Un mercado que en 2007 recibió a once nuevas compañías. Cuando sólo quedan dos sesiones para que termine el ejercicio bursátil de 2008, se puede afirmar que este ha sido el peor ejercicio de sus 21 años de historia con un descenso del 40 por ciento. “Este 2008 pasará a la historia de las Bolsas de todo el mundo como el año más difícil desde el crash del 29. El comportamiento de los mercados ha estado marcado por la crisis del sector financiero y el drástico empeoramiento de las expectativas de la economía real. Es la primera gran crisis sistémica y global”. Este es el balance de Antonio Zoido, presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME). De las 12.000 sesiones que han celebrado las Bolsas en los últimos 50 años, nueve de las correspondientes a 2008 aparecen entre las veinte de mayor variación diaria, superior al 6 por ciento. Si ya se sabe, lo que mal empieza mal acaba. El 21 de enero de 2008 pasará a la historia como el lunes negro, este día el Ibex 35 sufrió una caída del 7,53 por ciento. Los mercados reaccionaron de esta manera tras el fraude de Société Générale, a un plan de recorte de impuestos anunciado por el presidente de Estados Unidos, George Bush, y a los resultados del sector financiero americano. Las diversas rebajas de los tipos de interés no consiguieron animar a los mercados, es más, cada día empeoraba más debido a la crisis subprime a lo que se sumaron las quiebras de los bancos que sufrieron el efecto dominó que inició Bear Stearns que fue comprado in extremis por JP Morgan a precio de saldo. En España hubo que esperar hasta el segundo trimestre del año para que se declarara de forma oficila la crisis. El euribor, el tipo de interés con el que se miden las hipotecas, fue el indicador que hizo saltar todas las alarmas. El euribor comenzó el año en el 4,7 por ciento, en junio alcanzó la cuota del 5,418 por ciento un nivel que no abandonó en todas las vacaciones estivales. El último trimestre del año comenzó con la peor semana de la historia de las Bolsas, con una caída del 20 por ciento. Esta situación provocó la reunión del G-20 que concluyó con la idea de que los bancos necesitan liquidez, pero también capital. El mercado comienza a temer que la recensión se convierta en depresión y que venga acompañada de deflación. El año no comenzará mejor de lo que acaba, habrá que esperar varios meses para ver como van evolucionando los mercados internacionales.