ARTE
Un crucifijo de Miguel Ángel en la Cámara de los Diputados de Italia
Por Patrizia Tenorio2 min
Cultura24-12-2008
Alrededor de 1495 datan los expertos que fue cuando Miguel Ángel (1475-1564) realizó un crucifijo de 41,3 centímetros de alto por 39,7 de ancho. Esta obra de arte, que supuestamente fue realizada cuando su autor tenía veinte años, había pertenecido hasta ahora a un anticuario de Turín, Giancarlo Gallino, quien años antes compró a otro anticuario que había adquirido la pieza de una familia de Florencia.
La obra ha sido atribuida a Miguel Ángel a pesar de no existir documentos ni certificados que lo prueben. Pero gracias al conocimiento que se demuestra al realizar esta obra sobre el cuerpo humano, Miguel Ángel ha sido el que más probabilidades tenía para esta atribución. Esto es sabido, ya que el artista durante su estancia en el convento del Espíritu Santo en Florencia, obtuvo el permiso para estudiar los cadáveres procedentes del hospital de los monjes para perfeccionar sus estudios sobre la anatomía humana. Por eso es tan fácil relacionar esta obra tan perfecta, en lo que a formas del cuerpo humano se refiere, con Buonarotti. El motivo por el que hoy es noticia esta obra de arte es porque el Estado italiano ha pagado 3,25 millones de euros por el crucifijo que se va a exponer de forma temporal en una de las salas de la Cámara de los Diputados. Aún no se sabe dónde va a ser ubicado definitivamente, pero lo que sí confirmó el director general del Ministerio de Cultura italiano fue que será expuesto en la "sala Reggina" de las Cámara de los Diputados y que será mostrado al papa Benedicto XVI durante su visita a la Embajada italiana ante la Santa Sede. Otro de los indicios que llevaría a Miguel Ángel a ser el autor del crucifijo, es el parecido que guarda con otros de los crucifijos, sí certificado como autor, elaborados a lo largo de su carrera Uno de estos crucifijos pertenece al convento del Espíritu Santo, del que la mayor parte de los críticos de arte lo consideran el autor, y de otra pieza que elaboró a los 88 años para su nieto y que actualmente se expone en la Casa Buonarotti de Florencia. La última de las características destacadas de esta obra de arte es que Miguel Ángel realizó varias pruebas para tallar la cabeza del Cristo y poder colocarla en concordancia con el realismo del cuerpo fallecido.