FALLECIMIENTO
Mueren dos grandes de la literatura, Harold Pinter y Rafael Abella
Por Adriana Escalada3 min
Cultura25-12-2008
La Academia Sueca le entregó el Nobel en 2005. En aquel entonces, Harold Pinter ya estaba gravemente enfermo. Guionista, actor, director y docente en la Universidad de Londres, fue nombrado Companion of Honour en 2002, título honorífico británico, al haber rechazado el título de Sir (Caballero). El galardonado escribió alrededor de 30 obras de teatro, muchas de las cuales fueron adaptadas a la gran pantalla.
Además de sus ensayos, también era conocido desde hace tiempo por su compromiso político, atacando la política en Irak del presidente estadounidense, George W. Bush, y del ex primer ministro británico Tony Blair, al que calificaba como un "criminal de guerra". Al igual que también protestó contra el bombardeo de Serbia por parte de la OTAN y defendió los derechos de los kurdos. Tal fue así, que llegó a publicar en el 2003 una colección de poemas antibélicos que llevó por nombre War (Guerra). Hijo de un sastre judío, nació el 10 de octubre de 1930 en Hackney, un barrio popular situado al este de Londres. Estudió en una escuela de teatro, y en 1957 se estrenó con La habitación; más tarde sería The Dumb Walter. Un año después se daría a conocer con La fiesta de cumpleaños. Pero fue con The Caretaker (El guardián), en 1963, cuando llegó su éxito. Un cáncer de laringe impidió que pudiera recoger el Nobel en Estocolmo en 2005, pero no pudo evitar que subiera al escenario con 76 años en el año 2006 para interpretar, en silla de ruedas, un monólogo de Beckett. El Royal Court Theatre registró un lleno total. Durante los últimos años, Pinter se preocupó de que su legado cayera en buenas manos a la hora de su muerte. En 2007 vendió su archivo por 1.100.000 libras (alrededor de 1.150.000 euros) a la Biblioteca Británica: alrededor de 150 cajas con manuscritos, cartas personales, programas y fotos. Pinter tuvo un hijo, Daniel, fruto de su matrimonio con la actriz Vivien Merchant, que terminó en divorcio en 1980. Ese mismo año se casó con la escritora Lady Antonia Fraser. Ella fue la encargada de dar la triste noticia de que su marido había fallecido. Abella, un historiador de la vida cotidiana Al mismo tiempo, el español Rafael Abella, químico de profesión, y quien como escritor destacó por ser un historiador de la vida cotidiana, moría también, a los 91 años en Barcelona, su tierra natal, donde será honrado esta Navidad. Abella trabajó en la industria química hasta que en los años 70 comenzó a escribir. Fue en ese año cuando escribió dos volúmenes de La vida cotidiana durante la Guerra Civil, uno consagrado a la España durante el régimen de Francisco Franco (1973) y el otro dedicado a la España republicana (1975). Su último libro fue Los años del Nodo, que coescribió con el también historiador Gabriel Cardona. Con La vida cotidiana se le considera como pionero en la aplicación en España de una microhistoria que en Francia obtuvo un éxito magnífico. Las familias numerosas, el Seiscientos, la llegada de las suecas, el yate Azor, Eurovisión, los Veinticinco Años de Paz, la boda de don Juan Carlos y doña Sofía, los Beatles con montera y sombreros cordobeses son sólo algunos de los itinerarios que propone el libro. Sus obras iluminaron, desde una perspectiva no académica, pero sí muy profesional y amena, las vivencias españolas de medio siglo. Su homenaje se celebrará el 8 de enero en Madrid.