Nunca han existido pruebas concluyentes para condenar a Rei
Por Beatriz de Lucas1 min
España31-03-2001
No es la primera vez que Rei ingresa en prisión por sus presuntas relaciones con el entorno informativo de ETA. En 1997 y 1999 el antiguo director del equipo de investigaciones del antiguo diario Egin ya estuvo en la cárcel por su presunta colaboración -o pertenencia- a la banda armada.
Las investigaciones de la Audiencia Nacional para desarticular los diferentes aparatos que sustentan a ETA han hincado siempre el diente en un hueso duro de roer: Pepe Rei. En abril de 1997, Rei fue investigado por sus relaciones con el mundo terrorista y acusado de pertenencia al grupo terrorista. El 8 de marzo de 1999, fue arrestado por su “integración en banda armada”. En ambos casos, las pesquisas apuntaban a su presunta participación en el entramado financiero, ETA-KAS, dentro del cual se encuadraban el diario Egin y la editorial Orain S.A. En 1997, la Audiencia Nacional no pudo demostrar que Rei facilitara a los etarras copias de informes sobre empresas y directivos, previamente difundidos por Egin, que había llegado a un acuerdo con la empresa Incresa, para que le proporcionara informes comerciales sobre diferentes compañías. Durante tres años, el equipo de investigación de ese diario recibió 1.397 documentos. Las copias de varios de ellos han sido encontradas en manos de los etarras detenidos. Desde entonces, la labor de Rei -defendida por algunos como un reducto de libertad de expresión- se ha desarrollado bajo la constante sospecha de favorecer a ETA. Las acusaciones que Baltasar Garzón sostiene contra él se basan en el papel jugado por Ardi Beltza ya que, “en ocasiones”, la relación entre los artículos publicados en esa revista y las actividades de ETA, es “inmediata y próxima”. El periodista intentó, hace unos meses, levantar una columna de humo sobre su caso, presentando varias recusaciones contra el magistrado, cuyo rechazo fue solicitado por el fiscal.