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ENERGÍA

Zapatero aprueba la entrada de la rusa Lukoil en Repsol YPF

Por Bárbara ArenaTiempo de lectura2 min
Economía23-11-2008

Cinco consejeros de los 16 que hay y dirección española. Éstas son las bases que debe aceptar la primera petrolera privada rusa Lukoil si desea entrar en Repsol YPF. Si finalmente la compañía compra el 29,9 por ciento de las acciones de la empresa española la operación se convertiría en el movimiento de más relevancia en el sector energético de España en años.

La negociación para la venta cuenta con el beneplácito del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de las grandes entidades financieras y de los accionistas más importantes. Zapatero se mostró abierto a la negociación con el grupo, controlado por el oligarca ruso Alekperov, por tratarse de una “compañía privada, cuyo accionista mayoritario es estadounidense”. Los protagonistas involucrados en la operación, los presidentes de Repsol YPF, Antonio Brufau, La Caixa, Isidro Fainé, y el Banco Santander, Emilio Botín, defienden que la constructora Sacyr, poseedora del 20 por ciento, es ahora un socio débil. Según ellos, es necesario encontrar una alternativa para garantizar la estabilidad. Lukoil ofrece 26 euros por acción de Sacyr, casi doblando su valor actual en bolsa, pero siempre que pueda comprar más paquetes hasta llegar al 30 por ciento, límite antes de que se produzca una OPA. La Caixa está dispuesta a vender su participación, compartida con Caixa Catalunya, del 6,1 por ciento e incluso un tres por ciento adicional, propiedad del holding Criteria de La Caixa. Para ello se deben cumplir las condiciones expuestas que convertirían a la compañía rusa en un socio industrial con influencia controlada. En el contexto de una Europa prudente con las empresas rusas se han alzado numerosas voces en contra del acuerdo. Destacan entre ellas las del ex presidente del Gobierno Felipe González y el actual líder del Partido Popular, Mariano Rajoy. Este último califica la operación de “inmoral e inaceptable” y teme que si se lleva a cabo España quede relegada a la “quinta división”. Dentro del propio Partido Socialista el ministro de Industria, Miguel Sebastián, opinó que la entrada de Lukoil podría poner en peligro la españolidad y carácter independiente de Repsol. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, defendió la decisión de Zapatero y declaró que “hay que respetar las decisiones de empresas privadas”.