TENIS
Murray, el estratega de las pistas
Por LaSemana.es2 min
Deportes19-10-2008
Los grandes tenistas tienden a intentar imponer su estilo de juego sobre sus oponentes, sin importarles en demasía a quién tengan en frente. A Andy Murray le sucede todo lo contrario: primero estudia a su adversario y después planea la estrategia adecuada para ganar. Gracias a ello, el escocés, formado en Barcelona desde joven, se ha convertido en menos de un año en uno de los grandes del circuito.
Nacido un 15 de mayo de 1987 en la pequeña localidad de Dunblane, Escocia, su infancia estuvo marcada por una tragedia de repercusión mundial. Andy sobrevivió a la Masacre de Dunblane, en la que 16 niños y una maestra fueron asesinados en una escuela primaria. Según relata el propio tenista, él se escondió en el despacho del director durante el asalto y apenas recuerda nada. Tras aquella experiencia, el joven tenista empezó a demostrar en las pistas una madurez superior a la de sus rivales. Con 12 años ganó un importante torneo en Florida y, con 14, dio el paso de jugador júnior a profesional en Barcelona. El escocés se trasladó a la Ciudad Condal para entrenar en la escuela de Javier Sánchez Vicario y Sergio Casal. Comenzó jugando en torneos menores y, cuatro años después, ya con la mayoría de edad, logró asentarse entre los 400 primeros tenistas del ranking ATP. El residir en Barcelona le ayudó a madurar más todavía, lejos de su familia y en un ambiente centrado en formarle como un gran tenista. Murray aprendió y creció bajo la tutela de William Pato Álvarez. El técnico colombiano, a sabiendas de la buena mano y el talento innato del escocés, le enseñó a ser estable, a pensar en cometer menos errores en vez de buscar golpes ganadores, a poner corazón, cabeza y piernas en la misma dirección, buscando la experiencia y no sólo un buen resultado. Así, Murray aprendió a utilizar el cerebro y a estudiar a sus rivales antes de cada partido, con el fin de emplear ante ellos una labor de desgaste busca de sus puntos débiles. Una vez comenzó a tener peso en el circuito, abandonó Barcelona. Su triunfo más importante fue, hasta 2008, el Abierto de Estados Unidos en categoría júnior, que ganó en 2004. Desde entonces su progresión ha ido en aumento y la prensa británica ha visto en él al salvador del tenis de las islas, que se había quedado sin un referente tras el declive de Tim Henman. Andy debutó en 2006 con el equipo británico de Copa Davis y desde entonces ha sido el referente de este combinado, en el que también juega su hermano Jamie. El 2008 ha sido el año de la explosión definitiva para Murray. Ha levantado cuatro títulos (el Masters Series de Cincinnati, Marsella, Doha y el Masters Series de Madrid), además alcanzar la final en el Abierto de Estados Unidos, la semifinal en el Masters Series de Canadá y los cuartos de final en Wimbledon, Queen’s y Dubai. Su gran tarea pendiente ha sido la tierra batida, en la que todavía no ha logrado rendir a un buen nivel. Para mejorar, ha fichado a Alex Corretja. Pese a ello, en el resto de superficies Murray ha demostrado que puede estar a la altura de Rafael Nadal y Roger Federer, a los que ya ha doblegado. Ha alcanzado ya el número cuatro del mundo, pero ni él mismo sabe dónde está su límite.