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BOLIVIA

Los choques entre opositores y partidarios de Morales se cobran 30 vidas

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional14-09-2008

La tensión en Bolivia es máxima. Las protestas impulsadas por los gobernadores de las regiones opuestas al Gobierno de Evo Morales han derivado en graves enfrentamientos con los partidarios del presidente del país. Hasta el momento, las autoridades bolivianas han reconocido la muerte de una treintena de personas en la norteña región de Pando, que se encuentra bajo Estado de sitio.

Las protestas de los opositores a Morales comenzaron hace dos semanas impulsadas por los gobernadores de las regiones rebeldes, que exigían al presidente del país la devolución de los ingresos por el Impuestos Directo de Hidrocarburos, que el Ejecutivo central recortó para poner en marcha una ayuda social a mayores de 60 años en todo el país. Los opositores llevaron a cabo bloqueos de carreteras en el departamento de Santa Cruz y en las ciudades de Sucre (capital de Chuquisaca), Trinidad (Beni) y Cobija (Pando). Entre sus reclamaciones, los opositores piden además más autogobierno para sus departamentos y rechazan de plano la Constitución que promulga Morales. Las protestas derivaron en choques violentos entre partidarios y opositores y en ataques a infraestructuras energéticas del Estado, entre ellas, un atentado contra un gaseoducto al sur del país. El Gobierno de Morales atribuyó las protestas a “paramilitares, fascistas y terroristas” y, aunque abrió negociaciones con los gobernadores, no dudó en calificar los incidentes como “una nueva modalidad de golpe de Estado”. Las primeras muertes en los enfrentamientos del departamento de Pando llevaron al Gobierno boliviano a declarar el Estado de sitio en esta región. Dicha medida establece la prohibición de llevar cualquier tipo de arma, la limitación de circulación de más de tres personas juntas y vehículos a partir de la medianoche. El Estado de sitio también prohíbe la organización de mítines, reuniones políticas y manifestaciones, así como la necesidad de pedir un salvoconducto a las autoridades para salir del departamento. El Gobierno boliviano defendió la medida como una forma de controlar los brotes violentos, pero lo cierto es que sólo contribuyó a aumentar más la tensión en Pando. Sin embargo, más trascendente que esta medida, fue la decisión de Evo Morales de declarar persona non grata y expulsar del país al embajador de Estados Unidos en Bolivia, Philip Goldberg. “Sin miedo a nadie, sin miedo al imperio. Hoy día delante de ustedes, delante del pueblo boliviano, declaro al señor Goldberg, embajador de EE.UU., persona no grata”, proclamó Morales en un encendido discurso en el Palacio de Gobierno. Morales esgrimió el curriculum del embajador para acusarle de ser un “experto en alentar conflictos separatistas” y le acusó de promover las protestas y enfrentamientos en el país. Así, recordó que Goldberg fue “jefe de oficinas del Departamento de Estado para Bosnia durante la guerra separatista de los Balcanes” entre 1994 y 1996 y, entre 2004 y 2006, fue jefe de la misión en Prístina, Kosovo. “Esta decisión que tomamos es un homenaje a la lucha histórica de nuestros pueblos desde hace 500 años, 200 años, como también de hace 20 años. Es una lucha permanente contra un modelo económico impuesto desde arriba y afuera”, sentenció Morales. La decisión del presidente fue calificada por el embajador estadounidense como “inexplicable”.